martes, 1 de agosto de 2017

Liderazgo

El Tribunal Supremo de Arabia Saudí ha ratificado las condenas a muerte de 14 hombres -de confesión chíi- acusados de haber perpetrado ataques armados, pese a que las sentencias están basadas en confesiones tomadas bajo presión y tortura de las que los acusados se han retractado en los tribunales, según ha explicado un activista saudí por los Derechos Humanos.
En Venezuela, una explosión al paso de una patrulla motorizada de la Guardia Nacional Bolivariana, dejó siete agentes heridos. 
Desde el PP no he oído comentario alguno respecto a ambas noticias, casi normal respecto a la primera, dado el silencio absoluto que el PP mantiene sobre los derechos humanos en Arabia Saudí -o en cualquier otro país que no sea Venezuela-, pero menos en la segunda, con el extenso e intenso conocimiento que poseen de la situación venezolana; de hecho, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, ha animado al Gobierno de España -que no creo que lo necesite- a avanzar incluso hacia las sanciones a Venezuela, siguiendo el ejemplo de EE.UU., añadiendo que la UE debería tomara cartas en el asunto y que España, en concreto, debería aportar su liderazgo. Para Levy, el asunto es muy grave, ya que, según ella,  el régimen de Maduro pretende exterminar de la faz de la tierra -no parece que se conforme con limitarse a Venezuela- a la oposición venezolana; para finalizar criticando a Podemos -acabáramos- porque dice que ahora intentan disimular las vinculaciones innegables -esas vinculaciones que la justicia española innegablemente y reiteradamente ha negado- que mostró con el régimen chavista y nos dá, al respecto, la clave para entenderlo: se visten con camisa blanca para parecer más moderados; en vez de ponerse el uniforme -camisas rojas o moradas, supongo-  y no ir por ahí  de blanco virginal, engañando al personal. De donde no hay no se puede sacar, dice el refranero; de una pija menos: suelen reducir todos sus dilemas a la ropa y a sus marcas (si es de Alcampo o de Loewe, por ejemplo).
Perdón que no siga -que podría- es que he recordado lo del liderazgo español -que me ha hecho imaginar a Rajoy desplazándose impetuoso con su peculiar braceo oscilobatiente yendo a liderar- y se ha apoderado de mí una incontrolable risa floja que me impide continuar.

No hay comentarios :

Publicar un comentario