jueves, 21 de septiembre de 2017

Golpe de Estado

Creo que era el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando -sí, el experto en broncas- quien no hace mucho presumía de la democracia de éste país como una de las más homologadas; aunque no dijo que lista internacional comparativa  había consultado para realizar tal afirmación, ni cual el organismo encargado de semejante tarea homologadora; según el  Indice de Calidad Institucional, informe elaborado por el doctor Martin Krause y publicado en 2015, nuestro país hacía el número 30 en el mundo según ese índice; sólo dos años después ya estamos en el puesto 34 y es notorio que en Europa estamos en el pelotón de los torpes al respecto (siempre podemos esperar que los demás continúen empeorando como lo hacen ahora, quizá así subamos algún puesto: mal de muchos, consuelo de tontos). 
Y no es de extrañar la escasa  valoración democrática de  éste país a la vista de las muchas carencias recogidas en informes y estudios que señalan, concretamente referidos a nuestra actualidad política, el modo en que el PP entiende que es gobernar en democracia, basado fundamentalmente en manejar a su antojo todos los mecanismos represivos del Estado que considere necesarios, usando -y abusando- no sólo de los poderes ejecutivo y legislativo sino también del teóricamente independiente poder judicial. Para recordar actuaciones como las que actualmente están llevando a cabo la fuerzas y cuerpos de la Seguridad del Estado en Cataluña me tendría que retrotraer unos cincuenta años y ni así lograríamos el necesario paralelismo en cuanto a la conculcación de derechos ciudadanos y a la consideración de éstos como súbditos; el tardofranquismo, pese a los sangrientos y puntuales arrebatos finales de un dictador que ya procuraba moverse lo mínimo para sostenerse, lo cierto es que si se seguía la máxima que el propio Franco parece que aconsejaba a sus ministros -usted, haga como yo y no se meta en política- nadie de esa época, salvo los pertenecientes a los entonces ilegales partidos políticos y sindicatos, puede recordar una violencia tal como la que actualmente se ejerce -y ahora a nivel general- sobre la ciudadanía. Así pues, habría que retroceder aún más, a tiempos que yo solo conozco por referencias históricas: a la convulsa y breve historia de la II República, especialmente a partir de 1934, durante el bienio negro: en éstos últimos cinco años hemos retrocedido más de ochenta.
Cuando ahora, los denominados -autodenominados, más bien- partidos constitucionalistas hablan de golpe de Estado por parte de quienes han  optado por una postura de insumisión y rebeldía ciudadana ante el ninguneo, inacción y finalmente la coacción del Estado, ¿no sería conveniente que recordaran, igualmente, que la sacrosanta Constitución se cambió de forma trascendente en una tarde -por acuerdo de los dos partidos mayoritarios (los constitucionalistas PP y PSOE)- posponiendo los intereses de la mayoría de los españoles a los intereses económicos de los mercardos, del gran capital y que, por otra parte, artículos fundamentales para el bienestar social -derecho a un trabajo y vivienda dignos, derechos de huelga y manifestación, etc.- explícitamente declarados en la Constitución llevan incumpliéndose prácticamente desde su misma promulgación?, ¿no es y ha sido la manipulación descarada y oportunista de nuestra primera Ley también un prolongado golpe de Estado por parte de esos mismos partidos constitucionalistas, que continúan centrándose en los artículos que consideran fundamentales -los relativos a la unidad territorial de España- ignorando otros, en general, todos los relativos a los derechos de los españoles?

lunes, 18 de septiembre de 2017

Ni sólida, ni sana, ni social.

Las cifras son tozudas y demuestran que la anunciada -a bombo y platillo, no hace ni un mes- recuperación sólida sana y social  por la ministra de Empleo y Seguridad Social, para empezar no es, no puede ser, social. Así es, la brecha social continúa abriéndose y profundizándose: en los últimos cuatro años se han creado 58.000 nuevos ricos a la vez que 1.400.000 pobres; ésto es, casi 25 nuevos pobres por cada nuevo rico: con menos pobres parece que no podría hacerse un rico. Otra forma de entenderlo es constatar que el 0,4% de la población  del país (menos de 200.000 personas) acumula el 50% del PIB (la fortuna de sólo veinte personas en España alcanza un total de 115.100 millones de euros y la de una de ellas es de 66.000 millones de euros) a la vez que existen 5.400.00 personas que ingresan menos de 6.000 euros anuales; según Intermon Oxfam  si se continúan aplicando las mismas políticas económicas que en los últimos tiempos, para 2022 casi el 40% de la población española estará en riesgo de exclusión social: 2 de cada 5 españoles serán pobres.
Informes de la OCDE ya señalaban que los hogares más desfavorecidos son los que han sufrido una mayor caída de los ingresos durante la crisis, que el salario de los más ricos es 18 veces superior al del 10 % más pobre -entre 2007 y 2014 el salario medio español, ese que el ministro de Hacienda aseguraba que crecía moderadamente, se desplomó un 22,2 %- y reconocía que la última reforma fiscal de que entró en vigor en España en Enero de 2015 es una herramienta para garantizar privilegios a unos pocos, lo que ha dado como resultado que España siga teniendo una de las presiones fiscales más bajas de toda Europa y donde, por ejemplo, 17 de las 35 empresas del IBEX 35 no paga el impuesto de sociedades en España y donde la inversión en paraísos fiscales creció un 2000% sólo en 2015.
En definitiva: ni sólida, ni sana (un país con una perspectiva general de empleo precario, trabajadores pobres, licenciados emigrantes y parados abandonados a su suerte no puede ser ni sólido ni sano) ni, desde luego, social. A ver si la ministra de Empleo nos sorprende con algún nuevo eufemismo; las mentiras son demasiado evidentes.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Ilegal, además de ilegítimo

La palabras -su uso, su significado- son siempre importantes y, a veces, decisivas. Un acto ilegal significa que con seguridad tendrá consecuencias jurídicas, un acto ilegítimo (aunque es cierto que legítimo también significa conforme a las leyes, es comunmente asimilado a lícito, aquello que es justo y permitido según justicia y razón; también es importante distinguir entre justo y legal) sólo será reprochable y tendrá, a lo sumo, conscuencias morales; son palabras que aún procediendo ambas de la palabra latina lex, legis (Ley) se diferencian por el importantísimo matiz mencionado.
La nulidad de una sentencia solo se puede adquirir si se declara al tribunal como ilegal. Un tribunal ilegítimo es un tribunal legal y sus sentencias, por tanto, también lo son. La cuestión es importante por varios motivos. Por una parte, por nuestra propia dignidad. No queremos reconocer la legalidad del franquismo. Por otro lado, es importante porque abre la puerta de la justicia a muchas víctimas o familiares de víctimas de la dictadura; declaraba Joan Tardá (ERC-Izquierda Republicana de Cataluña) ante la propuesta no de Ley (recordemos, sin efecto legal alguno) del PSOE para declarar nulas las sentencias represivas de los tribunales franquistas. Joan Tardá no pudo reprimir su rabia  -él mismo ha llevado al Congreso propuestas en ése sentido en diversas ocasiones desde que se debatiera la Ley de Memoria Histórica en 2007 y después; el PSOE siempre votó en contra- y acusó a los socialistas de cínicos, hipócritas y oportunistas y lo cierto es que no le faltaban razones: sin nueva ley o modificación de las existentes -en concreto el Artículo 3 de la Ley de Memoria Histórica- nunca se podrán declarar nulas e ilegales las mencionadas sentencias; ilegítimas ya lo son, según certifica el Ministerio de Justicia a quien haya solicitado la correspondiente Declaración de reparación y reconocimiento personal en virtud de lo expresado en el Artículo 4 de la mencionada Ley a consecuencia de sentencias dictadas sin las debidas garantías por ilegítimos Consejos de Guerra; lo cual, sólo acredita la reparación moral que contempla la Ley 52/2007. Ésto lo conocen perfectamente en el PSOE, por lo que, efectivamente, existe una evidente manipulación de las víctimas del franquismo y sus familiares -acompañado de buenas dosis de cinismo, hipocresía y oportunismo-  pretendiendo hacerles creer que su propuesta tendría efectos jurídicos. 
En ésto como en la mayoría de políticas concretas (podríamos recordar sus relaciones con la Iglesia, con el gran capital y las empresas, sus reformas laborales, su gestión de la reforma exprés de la Constitución en 2011, con el apoyo instantáneo del PP, etc.) el socialismo del PSOE es genuinamente de salón: de izquierdas en la oposición -a veces, como en éste caso, ni siquiera eso- y vergonzantemente de derechas en el gobierno.
Viendo la foto adjunta, comprobamos que la efigie de Besteiro sonríe, mirando para otro lado; en la pared, un cartel indicando la salida.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Imagina

Imagina que no hay Cielo
Es fácil si lo intentas
Y ningún infierno debajo de nosotros
Sobre nosotros, solo el cielo

...
Nada por lo que matar o morir
Y también sin religión
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz

Este texto (parcial) de la canción Imagine de John Lennon le ha servido al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, de pie para decir que mientras él cantaba esa canción, el ateísmo estaba siendo la bandera más utilizada en el siglo XX para justificar el exterminio de millones de personas en el mundo entero y que, además la consideración de la fe religiosa como ‘opio del pueblo’, llevó a un holocausto de multitud de inocentes; en el discurrir de su mente apocalíptica concluye que la alternativa al yihadismo no puede ser ni el materialismo ateo, ni el relativismo de una religión hecha a nuestra medida.
Por orden:
Mientras Johnn Lennon cantaba esa canción (desde Junio de 1971 hasta Diciembre de 1980, fecha de su muerte) se produjeron en el mundo algunas guerras menores producto de las estrategias mundiales de las grandes potencias (guerra indo-pakistaní, guerra del Yom Kippur, guerras civiles en Africa, golpe de Estado en Chile, etc.) y también extensas hambrunas en Africa que seguramente acabaron, sí, con la vida de millones de personas ¿todo ello achacable y responsabilidad del ateísmo defendido en Imagine?
Habría que recordar que la consideración de la religión como opio del pueblo es muy anterior a la utilización por Karl Marx de ese concepto en su Crítica a la filosofía del derecho de Hegel y que ya antes de él -y antes del siglo XIX- Immanuel Kant, Herder, Ludwig Feuerbach, Bruno Bauer, Moses Hess y Heinrich Heine, habían utilizado esa analogía; seguramente muchos otros habían -y han- reparado en la capacidad socialmente adormecedora y elusiva de la realidad como base y fundamento de cualquier religión -incluída la católica- y que han sido éstas características las que a lo largo de la historia ha propiciado guerras y matanzas perdonando y eximiendo de culpa a quienes participaban en ellas; plantear como alternativa al materialismo ateo el yihadismo es un puro dislate. 
Claro que matar en nombre de un dios, en nombre de la revolución, o en nombre de la libertad, además de un asesinato, es una mentira. Una mentira que busca dignificarse encubriéndose en supuestos ideales, de los que en realidad carece, como el propio Munilla reconoce. Exactamente. Es cierto que también el materialismo ateo o el relativismo (cualquier ismo valdría) podría usarse como justificación para matar, pero es mucho más difícil: desde el materialismo o el ateísmo no puede prometerse ni el perdón ni la vida eterna a un ser humano por matar a otro ser humano.
Yo seguiré imaginando.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Cataluña, again, forever.

En el pulso sin sentido que supone desde hace ya tiempo la relación política entre Cataluña y España, creo que la posición más patética -aunque los independentistas catalanes también hacen méritos (*) casi a diario- corresponde últimamente al gobierno central. Si hace unos días era el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el que aseguraba que con toda seguridad, no va a haber referéndum porque no hay presupuesto basándose en que el Gobierno catalán ha certificado a Hacienda que no ha destinado ninguna partida a la consulta, hoy es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez, la que informa de que el gobierno tiene previstas medidas que es mejor que queden a buen recaudo, pero sí ha querido abundar en que son muchas y se irán aplicando paso a paso. Y ha advertido de que si se tuvieran urnas, ya se encargarían las autoridades correspondientes de impedir que se pusieran.
Y digo patética porque ambas declaraciones me sugieren la postura de unos padres desesperados ante la recalcitrante contestación de un  hijo adolescente: todo el que sea padre sabrá que los hijos de esa edad son de trato difícil, pero cualquier asesor aconsejará el diálogo como única solución a largo plazo; lo que seguro que nunca ha sido solución para reconducir a lo posible -al mundo real- las posturas maximalistas que son inherentes al crecimiento personal de los adolescentes -incluyendo matar al padre, generalmente de forma figurada- es reducir las respuestas a cortar la paga para gastos (ni un duro -euro- más, que me cuesta mucho ganarlo) y/o amenazar con medidas coactivas secretas (te vas a enterar tú): de hecho, en esas ocasiones la falta de diálogo y la imposición suele ser un acicate para que el adolescente prosiga con su lucha, y que seguramente ante una situación difícil se vea tentado a buscar atajos que podrían resultar dañinos para todos.
Siento que no se me haya ocurrido un símil más elevado y trascedente, políticamente hablando -y que, con seguridad, a quienes desempeñan tanto el rol de padre como de  hijo, éste les parezca una simplicidad y no se reconozcan en ellos- pero la inteligencia y habilidad de los conductores de ambos trenes, supuestamente en trance de colisión, no me sugiere mucho más. Y es que recuerdo recurrentemente uno de los últimos lapsus de  Rajoy explicando he ido a Cataluña y a otros países extranjeros como aceptando internamente que un hijo se le vá de casa (y al que sólo se le ha ocurrido amenzarle con la fría bofetada del que, supuestamente,  aún puede darla, sin más). 
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(*) ...tremendo Coscubiela, como Unamuno:...venceréis pero no convenceréis... 

lunes, 4 de septiembre de 2017

Respeto

El artículo 37.4 de la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, contempla como infracción leve las faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad, cuando estas conductas no sean constitutivas de infracción penal. Una infracción leve lleva aperejada una multa de entre 100 y 600 euros según el artículo 39 de la misma Ley; solo en el año 2016 se interpusieron en España 19.497 multas por este concepto con un valor de 3.006.761 euros.
Y ¿que puede constituir una falta de respeto hacia un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad?; las posibilidades son prácticamente infinitas -eso sin considerar que algún miembro sea especialmente susceptible de sentirse poco respetado- y la mencionada Ley está repleta de supuestos tanto o más ambiguos y dependientes del criterio de la parte representante de la autoridad, con lo cual los derechos y libertades reconocidos y amparados por las constituciones democráticas a que hace referencia el preámbulo de la Ley es, una vez más, una pura declaración formal carente en absoluto de contenido; lo que la Ley y sus supuestos interpretativos y discrecionales (a interpretación y discreción de la autoridad) permiten es, precisamente, un recorte cierto de los derechos y libertades que dice defender; no por nada es conocida como Ley mordaza. Con el agravante añadido de que sanciones muy graves (la celebración de espectáculos públicos o actividades recreativas quebrantando la prohibición o suspensión ordenada por la autoridad correspondiente por razones de seguridad pública, por ejemplo) pueden llegar a conllevar multas de hasta 600.000 euros por vía puramente administrativa, es decir, sin poder hacer valer la tutela judicial efectiva a que hace referencia el artículo 24.1 de la Constitución Española, y a la que que cualquier ciudadano tiene derecho.
Mientras llegue -si llega- la abolición de una Ley cuya intencionalidad es claramente la de reducir al silencio la posible manifestación y expresión del desacuerdo de la ciudadanía con situaciones injustas y/o abusivas, ante situaciones  como ésta, se le podría cantar al agente de la autoridad de turno el final la canción de Aretha Franklin, Respect (Respeto): un poco de respeto oh yeah (sólo un poquito); un poco de respeto (sólo un poquito). No creo que fuera considerado falta de respeto; pero por si acaso yo me limito a dar la idea (ya basante me arriesgo), que  no quiero perder 600 euros; aunque no estoy refiriéndome a ningún miembro concreto de la autoridad, seguro que eso también es interpretable.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Manipulación

Cada vez estoy más convencido de que el mal no es el mayor peligro para la humanidad; el mal siempre ha estado ahí, manejando los hilos de éste gigantesco guiñol, pero ocurre que el mal se ha percatado de que estar siempre a pie de tajo organizando y controlando maldades es muy cansado y parece que hace ya unos años decidió subcontratar la tarea a los tontos; los tontos son legión (ya lo dijo Einstein, dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo) y un tonto activo es tanto o más dañino que un simple malvado. No se puede explicar de otra manera la lista de algunos de los recientes presidentes de EE.UU., o presidentes de gobierno en España, por ejemplo.
Supongo que por esa misma razón -cansancio- en el PP se han decidido a dar un paso en éste sentido y subcontratar a los gestores de medios la tarea de la elaboración de posverdades y posmentiras -sin aclarar nunca qué es qué- y la de intoxicación informativa, en general. En el pantano pútrido en que parece haberse convertido información -desinformación, en general- de unos medios manejados por el gran capital de acuerdo a sus intereses económicos, siempre existen destacables tontos ilustres, con el cometido concreto de mantener a las masas entretenidas de acuerdo a la primera de las estrategias de la manipulación mediática enumeradas por Chomsky; en España, el ejemplo paradigmático -aunque hay donde elegir- es Francisco Marhuenda, director de La Razón -todo un oxímoron, su cabecera, visto el contenido- que aseguró en un programa de televisión que el comunismo dió en España un golpe de Estado en 1936; tal cual; no fueron unos militares los que se sublevaron contra la República en 1936, sino los comunistas, que, según él, se golpearon a sí mismos. 
Como es sabido por todos -por todos los que quieran verificar los datos, simplemente- en las elecciones celebradas en España en Febrero de 1936, el Frente Popular obtuvo  una mayoría ajustada en votos, pero que le permitiría a Manuel Azaña presidir un gobierno de izquierdas; los diputados del Frente Popular totalizaban 236 (por 156 del Frente Nacional y 54 de Centro) de ellos sólo 17 diputados por el Partido Comunista. Los candidatos comunistas siempre estuvieron en el último lugar de las listas del Frente Popular y los 17 diputados obtenidos, después de conseguir sólo uno en 1933, fueron el fruto de haber logrado incorporarse a esa coalición y no el resultado de su fuerza real. Claro que con menos fuerza contaba la Comunión Tradicionalista (carlistas) con 15 diputados o Falange Española que no obtuvo ningún diputado. Seguramento por ello decidieron -éstos sí- apoyar un golpe de Estado militar en Julio de 1936, para obtener por la fuerza lo que las urnas les habían negado.
Hay que decir que Francisco Marhuenda es profesor titular interino en la Universidad Rey Juan Carlos, donde imparte la asignatura Historia de la Cultura Comercial y Sociedad, no creo, por tanto, que ignore los datos mencionados -no debería, salvo que sea aún más tonto e ignorante de lo que parece, que es bastante-, por lo que es fácil suponer que estaba cumpliendo con su cometido de manipulador mediático, según Chomsky, es decir, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
Claro que con ésta entrada del blog, lo mismo  estoy haciendo el caldo gordo a alguien sin desearlo. El mal está al cabo de la calle.

Rebotando

Es difícil que no sean conscientes -el gobierno, el PP- de que al hacer recaer todo  tipo de sospechas sobre la exclusiva responsabilidad de los Mossos en las actuaciones policiales posteriores al atentado terrorista de Barcelona, están reconociendo, casi explícitamente, que se trata de un asunto, de un territorio, en los que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Ministerio del Interior, CNI, Policía Nacional y Guardia Civil) no tienen competencias, que les son totalmente ajenos, propiciando de éste modo el sentir de los catalanes -y el del resto de los españoles- de que Cataluña ya no es España. Pero nada más lejos de la realidad; si hubo deficiencias en la respuesta policial antes, durante o  tras el atentado, la responsabilidad es de todas las instituciones mencionadas, incluídos los Mossos, evidentemente, pero no únicamente.
Deja ello en evidencia la situación de descoordinación existente -desmentida en un primer momento tras los atentados por el ministro del Interior: dime de lo que presumes y te diré de lo que careces- y propiciada con carácter previo por exclusivas motivaciones políticas y que han tenido las consecuencias de todos conocidas; es probable que con una mayor coordinación las consecuencias hubieran sido las mismas ya que los terroristas actuaron, a lo que sabemos, con un plan alternativo y de última hora, pero no es menos cierto que la mencionada falta de coordinación supuso restar probabilidades de éxito a la labor de prevención policial. 
Y si tanto en el gobierno como en el PP son conscientes de que reproches públicos -a posteriori- a la labor de los Mossos no tendrá más consecuencia que aumentar en el tiempo -y en el espacio: crece el independentismo catalán incluso fuera de Cataluña- el número de catalanes favorables a la independencia, ¿por qué lo hacen?, ¿es eso lo que se pretende?
Yo pensaba que el 11-M había sido una lección para todos, pero, evidentemente, el hombre -y el homo hispanicus, tiene una habilidad particular para ello- es el único ser que tropieza dos veces en la misma piedra. No importa que el tamaño sea el de una roca; aquí rebotamos y tomamos impulso para darnos de bruces contra ella de nuevo, a ver si logramos partirla; ya escribió Antonio Machado: En España, de diez cabezas, nueve embisten y una piensa.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Cabras y cabrones

Es sabido que la cabra siempre tira al monte, y no sé que señales habrá visto el señor García Albiol tras el atentado terrorista en las Ramblas de Barcelona, que ha vuelto a subirse a su particular monte -aunque compartido-, por el que lleva triscando desde antes de ser alcalde de Badalona, en 2011: el discurso xenófobo describiendo el peligro de  los que han venido a aprovecharse de nuestro sistema (sanitario, supongo; aunque los inmigrantes irregulares han estado -y continúan estando- excluídos de gran parte del sistema sanitario, suponiendo un problema cierto de salud pública para todos; los virus y bacterias no distinguen entre nativos e inmigrantes). Hay gente que ha venido a Catalunya porque se estaba muriendo de hambre, los trataban como perros y los mataban a palos; y ahora piden que nos adaptemos a sus costumbres, nos informa ahora el señor García Albiol.
Respecto a lo primero quizá fuera conveniente saber que el padre del señor García Albiol es oriundo de Vélez-Blanco (Almería), localidad que abandonó -imagino que para mejorar sus condiciones de vida, como la mayoría de los inmigrantes- y que se ganó la vida conduciendo un camión de limpieza en Badalona; que no sé si por ello sería él mismo el inventor del eslógan Limpiando Badalona. Supongo que para el señor García Albiol resulta difícil desprenderse de las medias verdades y falsedades sobre la inmigración; parece creer -y él mismo cree ser el ejemplo- en un populismo positivo, ya que asegura ser populista, pero en el buen sentido de la palabra. Que, pudiera ser: incluso para la palabra cabrón he encontrado dos acepciones buenas -o neutras, al menos- en el diccionario de la RAE: (1)persona experimentada y astuta y (2)macho de la cabra; aunque lo cierto es que ninguna de éstas dos creo que le cuadre al señor García Albiol. Respecto a lo segundo, es cuando menos una clara exageración, pero más creo que una pura y disparatada invención. Vivo en una calle en la que existe una mezquita y jamás sus asiduos han intentado convertirme -lo que sí hacen a menudo llamando a mi puerta los propagadores de la fé de los Testigos de Jehová o los del movimiento de los Santos de los Últimos Días (mormones)-  ni -y ya lo siento- a invitarme a alguna una de sus sabrosas comidas: dejan que mis propias costumbres den cuenta de mí, supongo. Lo de la adopción (impuesta) de costumbres se incluye, por sí sólo, en el más cutre de los argumentarios xenóbos y racistas.
Para rematar sus ilustrativas manifestaciones, el señor García Albiol nos informa de que el Islam es la única religión del mundo que mata en nombre de dios. Y nos lo dice alguien que se declara formalmente creyente en una religión que sancionó y bendijo la quema de herejes -mediante la Santa Inquisición- por exclusivas razones de fé o creencias personales; que promovió las Cruzadas para matar infieles -también herejes autóctonos, como los albigenses o, más recientemente, una Cruzada en éste mismo país, España, bendiciendo a quienes se levantaron contra un régimen político elegido democráticamente, provocando una guerra civil- todo ello, eso sí, en el nombre de Dios; que quemó a brujas (la mayoría simplemente curanderas); que fué la inspiradora de la matanza de la noche de San Bartolomé en la que murieron 3.000 protestantes franceses en una sola noche; que evangelizó -esclavizando simultáneamente, para mayor seguridad evangelizadora- a la población de todo un contiente (que pereció en su mayoría en el trancurso del proceso), etc. El reconocido teólogo español Juan José Tamayo, dijo que Saramago, ateo confeso, hizo la más bella definición de Dios que he oído o leído nunca: Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio. Pero mucho me temo que ese no sea el Dios del señor García Albiol, él parece estar más con el Dios de las Cruzadas.

Pena de tomate

Durante su última comparecencia parlamentaria para tratar sobre el tema de la corrupción en el PP, el señor Rajoy -presidente de ese partido y también del Gobierno- ni siquiera mencionó la palabra Gürtel -ese caso del que usted me habla- pero aprovechó, eso sí, para hacer un recorrido por Venezuela, Irán, y Cataluña, hasta llegar zizagueando a Lasa y Zabala, una vez repuesto el PSOE en su papel de oposición, que le debe resultar más cómodo que Podemos, a quienes el señor Rajoy no sólo ignoró en sus respuestas, sino que  -TVE mediante- les aplicó la pena de tomate (la damnatio memoriae de éstos tiempos).
¿Cree usted señor Rajoy, de corazón, que los ciudadanos le creen cuando dice que no sabe nada?, le preguntó directamente Iglesias a Rajoy. El silencio por respuesta; y eso que Rajoy es todo corazón: somos sentimientos y tenemos seres humanos
Y es que, como afirma Cristina Fallarás (La posmentira de Rajoy), no es ya que se mienta descaradamente desde el PP, es que les debe parecer legítimo hacerlo y, además, intentar acallar por los medios que sea -sin tapujos ni reservas- a quien les recuerde que mienten. Y, al final, sacar la lengua al público (a la ciudadanía, quería decir). Total...les van a seguir votando...