sábado, 4 de diciembre de 2010

Estadistas y políticos

'Si veo que España está realmente desesperada, quizá tendría que volver a la política nacional". Eso fue lo que dijo Aznar a Aguirre, embajador estadounidense en España en 2007, según nos hemos enterado por Wikileaks. Nótese que no se refería a los españoles -ni a votantes de uno u otro partido- si no a España. Esta facultad de personificar al País, a la Patria, a la Nación por parte de los estadistas -o de los que creen serlo- suele tener malas consecuencias, sobre todo para aquellos que se encuentran en la parte equivocada o peligrosa de la Nación. Napoleón o Hitler solían referirse a Francia y a Alemania como sus interlocutoras, con las perniciosas consecuencias para franceses y alemanes de todos conocidas. Aquí, para Franco, por ejemplo, liquidar a media España para salvar a la otra media era algo totalmente justificable. Así se deducía -ya antes de sus cuarenta años de dictadura- de la conocida entrevista de Jay Allen publicada en el Chicago Daily Tribune en Julio de 1936, en la que Franco, reiteraba sonriente su intención de pacificar España "al precio que sea" en respuesta a la observación de Allen de que Franco tendría que matar a media España para conseguir sus propósitos. Y para saber si nos habla un simple político o un estadista, puede ayudarnos el Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce, quien define al político diciendo que "comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo". Para otro día la definición de patriotismo de Bierce.

jueves, 2 de diciembre de 2010

King Kong

El presidente del Gobierno, cual jefe de una remota tribu polinesia, lleva tiempo haciendo repetidas ofrendas a ese rey Kong que es el Mercado en forma recortes a parados, pensionistas y funcionarios, reforma del mercado laboral,  y ahora, con nuevas desgravaciones fiscales para las empresas, privatización de infraestructuras e incluso la privatización de uno de los pocos negocios seguros en este país: la lotería. Hasta ahora han sido inútiles; está claro que este King Kong capitalista está harto de nativas, quiere una rubia auténtica: la reimplantación de la esclavitud. Podríamos probar antes con una rubia de bote pero bien teñida: despido libre, trabajo -el que tenga esa suerte- hasta los 80 años, y supresión de los servicios públicos.