lunes, 14 de agosto de 2017

Asimetría

Siempre que oigo frases condenatorias de la violencia a las que se añade la coletilla venga de donde venga -o similares-, me hago idea rápidamente de que quien condena es próximo a aquellos a los que se vé obligado a condenar por corrección política o, en el fondo, por imperativo categórico: nadie desea ser considerado inmoral o amoral (aunque luego, en su interior y en sus actos, vaya usted a saber).
Así, cuando el presidente de EE.UU., Trump, se ha referido a los disturbios registrados en Charlottesville (Virginia), a raíz de las marchas de los supremacistas blancos, no pasó de una inconcreta y abstracta condena del odio y la violencia de las diversas partes, cuando, en realidad la responsabilidad de la violencia en éste caso concreto recae, evidentemente, en la parte integrada por los grupos de distintas -pero comunes- ideologías racistas en Estados Unidos, y evitó por todos los medios refererise concretamente a ellos, hablando de evitar la violencia en forma genérica y vacua: Tenemos que curar las heridas de nuestro país. Las curaremos y haremos todos los esfuerzos posibles para que eso ocurra lo antes posible Claro, mejor decir eso que hacer explícita apología de la inacción preventiva -y, por supuesto, curativa- que es lo que seguramente tiene en mente. Y dicho todo ello desde su club de golf en Bedminster, donde está de vacaciones pero, muy probablemente, sin lograr un solo birdie con tanta agitación nacional e internacional.
Es un caso similar al de los denominados revisionistas (aunque haya quien parece no tener muy claro  el significado del término) de la guerra civil española y su propuesta de equidistancia en cuanto a la valoración de los asesinatos y barbaridades cometidas en uno y otro bando, equidistancia imposible de asumir, aunque sólo fuera porque los mismos sublevados (Franco, Mola, Queipo de Llano, etc.) se refirieron explícitamente al genocidio y al terrorismo radical que pretendían implantar como única manera de doblegar la razón, la justicia y la legalidad constituída. Y que cumplieron tanto cuanto los medios materiales les permitieron. Por el bien de España, naturalmente (es decir, de los españoles -adictos o silentes- que quedaron vivos).
Como decía un profesor que tuve: la derecha siempre mata más, y más deprisa.
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P.S: ....demasiado tarde...sólo cediendo a la presión de quienes representan el poderío de las grandes empresas, lo único que Trump parece realmente respetar; pero todo vuelve a su ser: según él, en éste caso no hay buenos y malos, sino malos, muy malos y quizá malotes...

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