martes, 21 de febrero de 2012

Violencia

El elemento fundamental en la violencia es el daño, ya sea físico o moral y, por tanto, tan violentas son las agresiones físicas como las morales, tan violento como un golpe o un porrazo son la humillación, la exclusión, la amenaza o la extorsión, aunque con frecuencia se habla de violencia reduciéndola únicamente a su variante física. Así, el presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, ha acusado a los estudiantes de desarrollar "violentas manifestaciones" con la intención de "desvirtuar y desestabilizar el Estado de Derecho". Nada menos.
Le podría enumerar al señor Fabra bastantes de los derechos que recoge nuestra Constitución como fundamentales para los ciudadanos de este país -al trabajo, a la educación y a la vivienda, por ejemplo- que son perpetuamente violentados -cuando no ignorados- por nuestro "Estado de Derecho". Le podría igualmente recordar a él y a los responsables de cualquier ejecutivo de este país, la sistemática violencia ejercida contra el derecho de la ciudadanía a disponer de servicios públicos de calidad y que últimamente se cuestiona de todas las formas posibles con la  excusa de la situación económica y la crisis mundial. Y protestar contra esa violencia era, en definitiva, el motivo de la manifestación de los estudiantes.
Lo asombroso es comprobar como el manoseado concepto de Estado de Derecho, que debería ser, ante todo, garante de los derechos de los ciudadanos, puede acabar pervertido al acabar justificando también la violencia física contra quienes protestan por la violencia inicial del propio Estado contra esos derechos. ¿Quien es responsable de esa doble violencia?

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