domingo, 16 de noviembre de 2025

Ferreterías

Iba cabalgando descontroladamente en mi nostalgia; seguramente fue eso lo que me hizo verme de improviso ante una ferretería. Una ferretería de las de antes, de las de toda la vida.

Ahora, como entonces, me he quedado largo rato mirando el escaparate y teorizando sobre la utilidad de algunas herramientas, maravillándome al comprobar que a alguien se le ha ocurrido resolver un problema que se me planteó hace tiempo, pero que hoy ya no tengo intención de acometer. Después, la nostalgia también me ha hecho entrar en el comercio y me ha colocado frente a ese larguísimo mostrador de madera con claras señales -casi muescas- de uso, oliendo a metal de tornillería, a aceite de linaza, a aguarrás. No se ha acercado el empleado -embutido en su bata azul de trabajo de entonces, tazada por el uso-  porque no soy real, sólo un ectoplasma del pasado, pero ganas me han dado de preguntarle por un tipo de tornillo muy especial que necesito y esperar recitado el consabido vademécum de roscas métricas e imperiales (británicas, en pulgadas, con fracciones en medios, cuartos, octavos y diecisesisavos: un sistama paracabalístico; el reino de la fontanería). En su día ese recitado me ponía bastante nervioso y prefería -si podía- ir con la muestra, ponerlo encima del mostrador y decir: cinco como éste.

Salgo -tan ectoplásmicamente como entré- y miro el nombre de la ferretería, que no recordaba; en Reina Victoria, entre Ibáñez de Ibero y Guzmán el Bueno.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Multiplicando

 


 

 

 

 

 

 

 

 

...uno por uno es uno 

conveniente el desayuno;

dos por dos cuatro

saben hasta los chinos que todo es un teatro; 

tres por tres nueve

a ver quien se atreve;

cuatro por cuatro dieciséis

ya veis;

cinco por cinco veinticinco

a pesar de todo nuestro ahínco;

seis por seis treinta y seis

poco más de la mitad tenéis; 

siete por siete cuarenta y nueve 

y nadie se conmueve;

ocho por ocho sesenta y cuatro

visto desde este anfiteatro; 

nueve por nueve ochenta y uno

abandonar parece oportuno;

diez por diez cien

el final, también.

 

Conveniente el desayuno, saben hasta los chinos que todo es un teatro; a ver quien se atreve. Ya veis: a pesar de todo nuestro ahínco poco más de la mitad tenéis y nadie se conmueve. Visto desde este anfiteatro, abandonar parece oportuno. El final, también.