martes, 30 de julio de 2019

El plan portugués

Casi olvidado el esperpento de los dos fallidos intentos del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, para ser investido como presidente del Gobierno, ahora ganan adeptos entre la izquierda los defensores del plan portugués ó solución a la portuguesa, (en plan dramático/marítimo hay quien lo denomina salvavidas portugués) es decir, la formación de un gobierno exclusivamente socialista con apoyos externos y puntuales de Unidas Podemos u otros partidos en función de los intereses de unos y otros en cada momento, o sea, una solución muy similar a la que ya en su día propuso el PSOE con la denominación de geometría variable; no es de extrañar, por tanto,  que en el PSOE el plan portugués goze de tan buena prensa (aunque, pensando mal, puede que sea éste otro obstáculo que deba salvar el PSOE para llegar finalmente a unas nuevas elecciones, acogiéndose a las predicciones del augur del CIS).
En teoría, esa solución presenta numerosas ventajas desde el punto de vista de la izquierda: en primer lugar evita unas nuevas elecciones en Noviembre en las cuales -además de una notable incertidumbre- la mayoría de los analistas preven un acusado descenso de Unidas Podemos y la posible conformación de una mayoría de derechas (PP-Ciudadadanos-Vox) como resultado de ellas y, en segundo lugar, previsiblemente permitirían la entrada en vigor de los fallidos Presupuestos generales de carácter social que ya aprobaron el PSOE y Unidas Podemos.
¿Por qué entonces, la conformación de la solución portuguesa no fué el Plan A tanto para el PSOE como para Unidas Podemos? Quizá se deba a que una fórmula muy parecida no haya funcionado muy bien el tiempo después de que el PSOE accediera al gobierno en Junio del año pasado (¡ay!, ¡lo fácil que el PSOE olvida las promesas que hace en tiempo de prometer!), pero para analizar lo ocurrido en Portugal quizá los números nos puedan ayudar, una vez más: la Asamblea de la República de Portugal consta de 230 diputados; la coalición de centro-derecha Portugal al frente (102) más el Partido Social Demócrata (5) (que también participa en la coalición Portugal al frente) no consiguieron alcanzar sumando sus escaños (107) la mayoría necesaria de 116 diputados; la izquieda es liderada por el Partido Socialista (86) y luego existen tres grupos más, el Bloque de Izquierda (19), la Coalición Democrática Unitaria (en la que se integra el Partido Comunista de Portugal) (17) y, finalmente el partido Personas-Animales-Naturaleza (1) que sumados todos ellos (121) si alcanzan la mayoría , incluso sin el concurso del último; así se llegó hace dos años al gobierno de la gerigonça (chapuza), (sobrenombre que hoy poco se atreven a repetir vistos los resultados), gobierno monocolor a cargo del socialista Antonio Costa; desde entonces los principales indicadores sociales y económicos -salvo la Deuda Pública- no han dejado de mejorar, fundamentalmente porque respecto a los últimos los portugueses decidieron ignorar las recomendaciones-mandato de la troika y aún así,  Portugal ha reducido su déficit fiscal hasta el 2,1% (cuatro décimas por debajo de la exigencia que hizo Europa, el FMI, el BCE y hasta la propia Administración portuguesa); por comparar, en España es actualmente del 4,3%.
Vayamos ahora con las diferencias entre Portugal y España por intentar prever los posibles inconvenientes de un plan portugués aplicado a España; en primer lugar, la composición parlamentaria: 
1º) En Portugal todos los partidos de centro-derecha (PPD-PSD / CDS-PP) se han coaligado y aún así no han conseguido la mayoría; en España la situación es similar respecto a la suma de sus diputados, pero en tres formaciones independientes (y, desde luego, en Portugal no existe nada parecido a Vox con representación parlamentaria)
2º) La proporción entre los partidos de izquierda es diferente a lo sucedido en España: el Partido Socialista portugués cuadruplica los votos de los siguientes partidos de izquierda considerados individualmente (algo parecido a lo que ocurriría de separar  a Izquierda Unida de Unidas Podemos en España) pero sólo los duplica si los consideramos en conjunto; en España el PSOE triplica los escaños -que no votos- de Unidas Podemos. 
Considero que ambos puntos tendrían su importancia en la aplicación en España de un plan portugués; también la tendrían otros no mencionados, como las variables nacionalistas (centrífugas y centrípetas) y finalmente también -pero no menos importante- el hecho de que Antonio Costa se ha mostrado como un empático e inteligente presidente de izquierda, con lo que ello implica respecto a ser consecuente con una determinada ideología; no creo que nadie se atreviera, sensatamente, a decir lo mismo de Pedro Sánchez; el Partido Socialista portugués no es el PSOE, aunque en las siglas de este último figure la O de obrero, nada menos. Resumiendo, el tamaño sí importa -me refiero a los números- y las circunstancias y las personas, evidentemente, también.

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