Sé que soy reiterativo -seguramente en exceso- pero últimamente encuentro que los tontos representan -mucho antes que los malos- el auténtico peligro: primero los electores, y luego los elegidos (o al revés, una vez que los útimos ejercen). Creo que Isabel Díaz Ayuso es una gran presidenta. Para mí es la alternativa, el ejemplo de lo que nosotros querríamos hacer a nivel nacional. En cuanto los españoles nos den su confianza, lo haremos, decía Pablo Casado en Mayo. No será que no avisan: ya saben los que confíen en el PP lo que nos espera a los españoles si éste partido estuviera a los mandos (delegando en el Homer Simpson ó IDA de turno la dirección de la central nuclear de Springfield, mientras el PP continuaría con su labor fundamental: reconvertir lo público en privado, redirigir lo de todos a los bolsillos de algunos, los suyos, en primer lugar).
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
domingo, 20 de septiembre de 2020
IDA (III)
viernes, 18 de septiembre de 2020
El 155 (ahora para Madrid)
No estará de más -es breve- recordar el texto del Artículo 155 de la Constitución (ese del que dicen que es como El Quijote, que muchos dicen haberlo leído, sin ser cierto):
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
martes, 15 de septiembre de 2020
El cono del silencio.
Pero no es sólo que cuando se acepta la responsabilidad de dirigir un partido político y se recibe la herencia del anterior equipo directivo se entiende que dicha herencia se recibe íntegramente -es decir, deudas incluídas- es que, además, -y sobre todo- tanto Isabel Díaz Ayuso como Pablo Casado ocupaban ya entonces puestos relevantes en la organización del PP y aún más, ambos estaban muy cerca de la información que se manejaba en el PP a todos los niveles (no olvidemos que ya entonces Pablo Casado gozaba de la confianza de políticos del PP como Alfredo Prada, Esperanza Aguirre y José María Aznar e Isabel Díaz Ayuso estaba igualmente a las órdenes de Alfredo Prada, consejero de Justicia e Interior del Gobierno la Comunidad de Madrid, dirigiendo su departamento de prensa, ganándose la confianza de Esperanza Aguirre mientras tuiteaba los pensamientos políticos de Pecas, el perro de ésta; Prada fué en 2008 objeto de contravigilancia -la famosa gestapillo de Madrid- posiblemente como producto de la competencia entre las tramas Gürtel y Púnica): y que fué justamente la información que ambos poseían debido a sus respectivos cargos la que seguramente hicieron valer para escalar a sus actuales puestos directivos (no olvidemos tampoco que tanto Esperanza Aguirre como Cristina Cifuentes fueron valedoras cercanas de Isabel Díaz Ayuso en su acceso a la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PP y que Dolores de Cospedal -actualmente investigada en el caso Kitchen- la valedora decisiva de Pablo Casado -contra Soraya Saénz de Santamaría- en su proceso de elección como presidente del PP; todo hace sospechar, pues, que sea fundamentalmente falso que ambos políticos ignoraran -ya entonces- las profundas implicaciones estructurales dentro del PP de lo que suponían los casos de corrupción que se han ido conociendo públicamente con posterioridad y en incesante cadencia; por resumirlo gráficamente, ambos llevan tan adherida la mierda a las suelas que ni cambiándose de zapatos harían que el olor desapareciera (que parece ser que es lo que Pablo Casado se está planteando con el abandono de la sede del PP de Génova 13: un desesperado alejamiento de tan enmierdado edificio; todo un símbolo irradiando pútridos efluvios).
lunes, 7 de septiembre de 2020
-cracia
Por ello -siendo realistas- lo más parecido a esos mitos y a lo que podría aspirar hoy día sería vivir en una ginecocracia (gobierno de las mujeres). Es un hecho conocido que de los 10 países que mejor han gestionado la crisis de la Covid19, 8 están dirigidas por mujeres, siendo así que sólo el 7% del total está bajo su responsabilidad de gobierno. El ejemplo prototípico es Angela Merkel, canciller de Alemania que, como es sabido, lidera un partido conservador; sin embargo, ello no ha sido obstáculo para que impulse decididamente políticas inteligentes, positivas y sociales ante la pandemia.
Espero poder ver el día en que este país sea dirigido por una mujer -que no haya adoptado los roles machistas, evidentemente, la testosterona sintética es mucho más peligrosa para el cerebro que la masculina natural- así como espero ver el día en el que un país de ciudadanos responsables y con criterio político -es sólo una hipótesis que pudiera ser éste, pero que por imaginar no quede- decida constituirse en República (otra forma de -cracia, otro mito) como mal menor. Ambas visiones me corren cierta prisa, pero vamos, que me conformaría con que otros lo pudieran ver.
martes, 1 de septiembre de 2020
Se puede (si se quiere)
Como ejemplos de esta
matización -no puramente lingüística- podríamos citar algunos: se puede
(pero no se debe) consentir por parte de la ciudadanía que sus
represetantes políticos utilicen el sufrimiento de amplios sectores de
la población debido a la pandemia de forma puramente partidaria,
utilizándolo como combustible para sus fuegos particulares; se puede
(pero no se debe) contemplar antes los intereses de las empresas y del
gran capital que los de la mayoría de los españoles; se
puede (pero no se debe) continuar ignorando las promesas por parte del
partido mayoritario en el gobierno actual en cuanto a la derogación
efectiva de las leyes retrógradas y lesivas para la mayoría de la
población y promulgadas por el PP a partir de 2010, tales como la Reforma Laboral o la Ley Mordaza; se puede, (pero no
se debe) ignorar los derechos y la dignidad de nuestros mayores...todo ello se ha podido y se está pudiendo hacer, indebidamente.
Resumiendo, si le hubiera querido Sánchez dar más fuerza al lema, hubiera debido emplear España debe; sin ser devoto del autoritarismo, creo que actualmente los españoles necesitamos que nos digan -con argumentos y razonadamente- lo que debemos hacer, no lo que podemos hacer (uno de los puntos débiles de la denominada desescalada ha sido confiar en la madurez, responsabilidad y autodisciplina colectiva de los españoles: la inmadurez, irresponsabilidad e indisciplina no son sólo anecdóticas, a diario tenemos ejemplos de ello; puede que sea un minoría de españoles, pero me temo que no, habida cuenta la cantidad de tontos existentes). Sí, en las circunstancias actuales hay que emplear más el tono de lo que debemos que de lo que podemos: lo primero es lo concreto y efectivo, lo segundo es etéreo voluntarismo buenista. Una vez decidido que es lo que debemos hacer, que sería -en su consideración como Razón de Estado- lo primero a concretar, claro. A este respecto, un buen escenario concreto -o diagnóstico de prioridades- son las propuestas de Sánchez: transición digital, transición ecológica, cohesión social y territorial y un cambio feminista; sólo falta que esta vez se pase del se puede al se debe y, finalmente, se lleve a la práctica (cosa que no suele ocurrir).