Por ello -siendo realistas- lo más parecido a esos mitos y a lo que podría aspirar hoy día sería vivir en una ginecocracia (gobierno de las mujeres). Es un hecho conocido que de los 10 países que mejor han gestionado la crisis de la Covid19, 8 están dirigidas por mujeres, siendo así que sólo el 7% del total está bajo su responsabilidad de gobierno. El ejemplo prototípico es Angela Merkel, canciller de Alemania que, como es sabido, lidera un partido conservador; sin embargo, ello no ha sido obstáculo para que impulse decididamente políticas inteligentes, positivas y sociales ante la pandemia.
Espero poder ver el día en que este país sea dirigido por una mujer -que no haya adoptado los roles machistas, evidentemente, la testosterona sintética es mucho más peligrosa para el cerebro que la masculina natural- así como espero ver el día en el que un país de ciudadanos responsables y con criterio político -es sólo una hipótesis que pudiera ser éste, pero que por imaginar no quede- decida constituirse en República (otra forma de -cracia, otro mito) como mal menor. Ambas visiones me corren cierta prisa, pero vamos, que me conformaría con que otros lo pudieran ver.
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