Resulta ahora que la gran esperanza blanca para la regeneración del PP madrileño -y no sólo éso, se dice que aspirante a heredar el marianato, o sea, la presidencia del PP nacional- es Cristinta Cifuentes; de nuevo, como en el caso valenciano, con Isabel Bonig, eso es todo lo que el PP da de sí en cuanto a regeneración, que más propiamente debería llamarse autoregeneración. Con lo difícil -casi imposible- que todos sabemos que siempre ha sido eso.
Al igual -menos, en realidad- que Isabel Bonig, Cristina Cifuentes no es precisamente una recién llegada al PP; hace nada menos que 36 años -cuando contaba con 16- que Cristina Cifuentes se afilió las Nuevas
Generaciones (NNGG) de Alianza Popular, que presidía Manuel Fraga. Ya en la Universidad y como integrante de una agrupación estudiantil supuestamente apolítica, promovió activamente el ascenso de Gustavo Villapalos (de AP, como ella) primero al decanato de la Facultad de Derecho y más tarde al rectorado de la Universidad Complutense. Así comenzó su carrera político-profesional en la Universidad Complutense donde el sucesor de Villapalos, el ultraconsevador -y miembro del Opus Dei- Rafael Puyol Antolín apoya decididamente su promoción profesional, cuando, por otra parte, ya llevaba casi una década siendo la responsable como portavoz del PP en la Asamblea para temas de Educación. Así hasta llegar a 2011, año en el cual las tramas de corrupción que ahora comenzamos a conocer estaban en todo su apogeo. En la propia página web del PP de Madrid (http://www.ppmadrid.es/cristinacifuentes/) podemos informarnos de que Cristina Cifuentes es además miembro del
Comité de Dirección, del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva
Regional del PP de Madrid. Además es presidenta del Comité de Derechos y
Garantías. Entre 2004 y 2008, se hizo cargo de la Secretaría Ejecutiva
de Política Territorial del Partido Popular de Madrid.
Sólo recordar que el Comité de Derechos y Garantías del PP tiene la competencia fundamental de tramitar y resolver expedientes disciplinarios y sancionadores incoados a los militantes del PP por conductas delictivas. Algo sabría -o debería haber sabido- su presidenta en el año 2011 de la extensa putrefacción cobijada en el PP de Madrid en esa época.
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P.S.
Los descubrimientos sobre casos de corrupción en el PP se suceden con tal velocidad que cuando se me ocurra opinar algo sobre ese tema lo organizaré como entradas-río, para que puedan crecer y discurrir.
Resulta que casi sin ratificar aún por parte de la dirección del PP los cargos de la gestora que ha de hacerse cargo del PP de Madrid, nos enteramos de que, parece ser, su secretario general (número 2), Juan Carlos Vera, mantuvo estrechas relaciones con la trama Gürtel (hay medios que aseguran que recibió de esa trama una comisión de 60.000 euros a cambio de contratos con el PP y que destinó el dinero a la compra de un coche -asesorado por el Bigotes- y a la reforma de una vivienda).
Cristina Cifuentes, en la mejor línea despistada de su predecesora, Esperanza Aguirre, afirma que a Vera lo han nombrado directamente desde el PP nacional; así, como si no lo conociera de nada y se lo hubieran impuesto, cuando es de todos sabido que fué el director de su última campaña electoral.
Transformando ligeramente un conocido trabalenguas de la infancia: el PP está encorruptado, quien lo desencorruptará, el desencorruptador que lo desencorrupte, buen desencorruptador será.
Pero va a tener que ser desde fuera.
Sólo recordar que el Comité de Derechos y Garantías del PP tiene la competencia fundamental de tramitar y resolver expedientes disciplinarios y sancionadores incoados a los militantes del PP por conductas delictivas. Algo sabría -o debería haber sabido- su presidenta en el año 2011 de la extensa putrefacción cobijada en el PP de Madrid en esa época.
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P.S.
Los descubrimientos sobre casos de corrupción en el PP se suceden con tal velocidad que cuando se me ocurra opinar algo sobre ese tema lo organizaré como entradas-río, para que puedan crecer y discurrir.
Resulta que casi sin ratificar aún por parte de la dirección del PP los cargos de la gestora que ha de hacerse cargo del PP de Madrid, nos enteramos de que, parece ser, su secretario general (número 2), Juan Carlos Vera, mantuvo estrechas relaciones con la trama Gürtel (hay medios que aseguran que recibió de esa trama una comisión de 60.000 euros a cambio de contratos con el PP y que destinó el dinero a la compra de un coche -asesorado por el Bigotes- y a la reforma de una vivienda).
Cristina Cifuentes, en la mejor línea despistada de su predecesora, Esperanza Aguirre, afirma que a Vera lo han nombrado directamente desde el PP nacional; así, como si no lo conociera de nada y se lo hubieran impuesto, cuando es de todos sabido que fué el director de su última campaña electoral.
Transformando ligeramente un conocido trabalenguas de la infancia: el PP está encorruptado, quien lo desencorruptará, el desencorruptador que lo desencorrupte, buen desencorruptador será.
Pero va a tener que ser desde fuera.
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