La Ley del Embudo (de nuevo)

No ha habido que yo sepa financiación ilegal en el PP de Madrid, ha declarado Esperanza Aguirre tras el registro por parte de la Guardia Civil de la sede de su partido en la calle Génova; no es la primera vez, sino la tercera, que ésto ocurre; las anteriores ocasiones los registros tuvieron por objeto obtener los correos electrónicos del exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados y  facturas de empresas relacionadas con la red púnica. Esta vez el registro está relacionado con  el exgerente del PP de Madrid, Beltrán Gutiérrez, cuyo domicilio particular también ha sido registrado, así como el del empresario Javier López Madrid, miembro del Consejo de Administración de OHL y yerno de Juan Miguel Villar Mir, uno de los supuestos benefactores del PP.
Ha insistido Aguirre en su voluntad de colaboración con la Justicia a tope, su deseo ferviente de que se depuren responsabilidades y de que el asunto vaya rápido, urgiendo al juez encargado del caso para que llegue a conclusiones lo antes posible para que los culpables paguen por sus delitos; conviene recordar que ahora los plazos procesales, de acuerdo con las modificaciones legales promovidas por el PP (Ley 41/2015, de 5 de octubre, de modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para la agilización de la justicia penal y el fortalecimiento de las garantías procesales), se han abreviado. Y no precisamente para fortalecer las garantías procesales sino para que, dados los medios con los que cuenta la Justicia -igual de precarios que antes de modificar la Ley- un mayor número de corruptos resulten impunes.

Tan en su papel ha estado Esperanza Aguirre que, a poco más, se autoproclama destapadora oficial de la trama púnica, al igual que hizo con la trama gürtel. Lástima que ésta vez se anticipara José Martínez Nicolás (que fué delegado de la Agencia de Informática y Comunicaciones del Gobierno de la Comunidad de Madrid), tras ser detenido en Octubre de 2014. Ambas tramas se desarrollaron siendo ella presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP de Madrid, que ya es despiste no haberse enterado de nada cuando las tenía tan cerca como Granados susurrándola al oído. Y es que pocos conocen y manejan esa otra Ley, la del Embudo, con la autoridad y solvencia de la señora Aguirre.