Mariano Rajoy se ha mostrado dolido con la decisión del Ayuntamiento de Pontevedra de declararlo persona non grata, y ha precisado: ni
a Hitler ni a Stalin los nombraron persona non grata en Pontevedra. Me
duele mucho más que el puñetazo. Tengo sentimientos (o seres humanos: https://www.youtube.com/watch?v=twuvSHCKT9M); añadiendo: soy la única persona non grata de Pontevedra.
Podía el señor Rajoy averiguar e intentar comprender -aportando al proceso los sentimientos (o los seres humanos) que dice tener- las causas de una desafección local tan particular y exacerbada. Y ya que menciona a dictadores que creo que nunca tuvieron excesivo arraigo -ni relación- con Pontevedra, podría recordar la figura de otro dictador, algo más cercano en el tiempo y en la distancia, que dejó de apellidar a El Ferrol hace ya más de 30 años y cuya estatua ecuestre fué retirada de esa misma localidad -y de otras- también hace un tiempo. Rajoy tiene la ventaja de no montar a caballo; menos mal.
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