En relación con la posible investigación de las cuentas del rey emérito (solicitada en el Congreso de los Diputados por Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Bildu, al resto de formaciones políticas no les debe parecer asunto relevante ni a investigar (*)), el presidente del gobierno ha declarado que pretende esperar a lo que declare el director del CNI en su comparecencia a puerta cerrada: Lo que hemos dicho es que esperamos a ver las informaciones y
declaraciones que va a hacer Sanz Roldán. A partir de ahí, lógicamente
actuaremos. Mucho me temo que la lógica no sea la primera preocupación del presidente del gobierno -ni de éste ni de otros- pero, en todo caso, tampoco sabemos la dirección, alcance y efectividad de su supuesta actuación.
Por ejemplo, si efectivamente se demostrara que Juan Carlos I ha tenido -o tiene- cuentas en paraísos fiscales, maneja patrimonio oculto, ha recibido comisiones por intermediaciones comerciales o se acogió a la
amnistía fiscal del PP, ¿que actuación sería esperable desde el gobierno? ¿no será que no se quiere saber para no tener que actuar? Lógicamente.
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(*) Parece que en el PP no existe postura oficial al respecto, pero Pablo Casado, que ya se debe sentir presidente del PP, ha comenzado a ejercer de estadista: creo sinceramente
que tanto el rey Juan Carlos como Felipe VI forman parte de la mejor
historia de España y, por tanto, si soy presidente del PP, no apoyaré
ninguna comisión de investigación que solo busque el desprestigio de la
institución más querida por todos los españoles.
Dejando a un lado que la historia de España es sólo una -sin maniqueísmos- ¿no será que esa institución tan supuestamente querida (nadie se atreve a mencionar cifras recientes de adhesión) por todos los españoles se desprestigia por sí sola?, y, en todo caso, ¿no se debería investigar buscando solo la verdad?
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