Bilbao reduce el límite de velocidad a 30 Km/h en favor de la salud, leo; se asegura desde el Ayuntamiento de esa ciudad, que el objetivo de esa limitación es mejorar el vector salud. Una vez reducida la salud pública a vector, lo demás debe venir rodado, valga el símil.
Por
mi parte siempre me he preguntado -torpe que debo ser- si existe una
correlación indiscutible entre la velocidad y la contaminación; siempre
he creído que era el régimen de revoluciones de un motor -y no la velocidad de un vehículo- el que
determina la cantidad de gases que expulsa (y el ruido que produce): es decir, yo creo que se contamina más a
bajas velocidades en marchas cortas que a velocidades más altas en
marchas largas (que algún experto me corrija) y no creo que vaya el
consistorio bilbaíno a vigilar -de hecho, de ésto no suele informarse
nunca al conductor; será que no es un hecho relevante- en qué marcha vá cada vehículo (o que se suponga que son todos automáticos). Además
de que, al desplazarse el vehículo más lentamente, lógicamente estará
más tiempo en un determinado lugar, contaminando. Es decir, si se desea mejorar el vector salud de los vecinos mejorando la calidad del aire que respiran y dando algo de reposo a sus oídos, parece que aún no existe alternativa a prohibir radicalmente el tráfico de vehículos con motor convencional (salvo a residentes y carga y descarga limitada) y recuperar la calle para los peatones que, en general, contaminan mucho menos.
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