Es más que una táctica, es una estrategia general de todos los partidos políticos -constatada, al menos, en los que han tocado poder- la de prometer hacer todo lo que hay que hacer mientras están en la oposición para, una vez llegados al poder, mediante la elección de los ciudadanos que creyeron en sus promesas, explicar que no se puede hacer lo que prometieron; la oposición, entretanto, asume esas mismas promesas (a menudo ni siquera tiene que inventarse otras para diferenciarse mínimamente), las pone nuevamente en venta, la ciudadanía -patéticamente cándida- las vuelve a comprar y la rueda vuelve a girar, eternamente a lo que parece; se diría que los partidos han hallado la clave del movimiento político perpetuo. En realidad lo único perpetuo es, ya digo, la candidez de los votantes.
Un tuit (*) de Antonio Maestre nos lo recuerda, señalando que el actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, aduce ahora para no publicar la lista de quienes se acogieron a la amnistía fiscal -una promesa suya- que eso no se puede hacer porque no lo permite la Constitución (y, por consiguiente, debemos deducir que el líder de un partido tan constitucionalista no se había leído la Constitución española en sus tiempos de oposición, ni nadie le advirtió entonces de esa imposibilidad legal). Que no será porque no exista constatación directa y diaria de la cantidad de situaciones que son realidad efectiva aunque no lo permita la Constitución.
Y la rueda no dejará de girar mientras los programas de los partidos políticos -en base a los cuales se supone que vota la ciudadanía- no tengan carácter contractual y pueda legalmente reclamarse los incumplimentos de lo expresado en ellos.
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(*)...he editado la entrada para señalar, a mi vez, que el mencionado tuit fue borrado.
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