sábado, 25 de junio de 2016

Rajoy, moderno

Rajoy, opinando sobre los partidos políticos emergentes (supongo que, concretamente, sobre uno de ellos): Presumen de nuevos partidos, pero no son partidos nuevos sino los viejos doctrinarios de mi etapa universitaria, que ya no tienen sentido en el siglo XXI. Está hablando de los años setenta del siglo pasado, de los finales de la dictadura, cuando los viejos doctrinarios -el Partido Comunista de España, fundamentalmente- forzaban el final de la misma y proponían soluciones democráticas para España. Y lo dice el representante político de la ideología más antigua del mundo, implantada inmediatamente después de la economía agraria de subsistencia, portavoz de un sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción y que se centra en el capital como asimétrico generador de riqueza; un sistema tan antiguo, al menos, como el Antiguo Testamento de la Biblia, donde ya se previene contra el capitalismo: Ciudad amurallada es la riqueza para el rico, y éste cree que sus muros son inexpugnables (Proverbios 18:11) en contraposición a los valores propiamente humanos: Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata (Proverbios 16:16).
Lo que realmente no tiene sentido en el siglo XXI es la perpetuación de un sistema que está esquilmando de forma acelerada los limitados recursos del planeta en el que vivimos -en un final previsiblemente cercano, si mantenemos el ritmo actual, la Humanidad deberá repartir la nada-  y que provoca que actualmente las 62 personas más ricas del mundo tengan una fortuna equivalente a la de la mitad más pobre de los habitantes de ese planeta.

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