1)Entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho; 2)Enredo, maraña o unión de cosas que se enlazan y entretejen; no sé a cual de éstas dos acepciones de la palabra contexto recogidas en el diccionario de la RAE se refiere el señor ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, cuando afirma que las conversaciones entre el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso y él mismo, como ministro de Interior del gobierno de España están descontextualizadas. Sobre el entorno físico o de situación todos parece que estamos de acuerdo -interloculores inluídos- en que se desarrollaron en fechas determinadas, en el despacho del ministro y con la única presencia personal de ellos dos; o sea que ese contexto parece difícil de descontextualizar. Las mismas dudas tengo sobre que el señor ministro se está refiriendo a que las conversaciones -y lo que ellas implican- se hayan desenredado o desenmarañado; antes al contrario, la maraña conspirativa que se deduce de las propias conversaciones indica que estamos ante una auténtica conspiración urdida por el PP -utilizando medios públicos y del Estado- contra adversarios políticos.
Y, por aclarar algo el contexto personal de los interlocutores: aunque el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña -organismo que teóricamente sólo responde ante el Parlamento de Cataluña- utiliza en las conversaciones con el ministro de Interior del gobierno de España un lenguaje del que se podría deducir que es el delegado del gobierno en Cataluña, no lo es; y aunque el ministro del Interior adopta el lenguaje y atribuciones del ministro de Justicia -tal como habla de repartir encargos a la Fiscalía General del Estado, a la que implica directamente en sus manejos conspirativos- tampoco lo es.
Todo ésto el presidente del gobierno en funciones lo explica rápidamente: El ministro me ha dicho que estas conversaciones son habituales. Yo estoy muy tranquilo y él también. No va a dimitir. Ni él lo va a cesar, naturalmente. Y añade, como si se tratara de los prolegómenos de un conflictivo partido de fútbol: Estamos en lo de siempre: como estamos a cuatro días del final de la
campaña, hay algunos que intentan aprovechar y pescar en río revuelto
para ver qué sacan. Y a otra cosa.
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