Aunque la mona se vista de seda...

María Ester Arizmendi Gutiérrez, Presidenta del Consejo  de Transparencia y Buen Gobierno (http://www.consejodetransparencia.gob.es/ct_Home/consejo/El-Consejo.html) solicita de todos nosotros que colaboremos  en conseguir una auténtica revolución en la relación de la Administración con los ciudadanos en la que éstos pasen de ser depositarios a ser propietarios de la información de que disponen los servicios administrativos.

Pues bien, se constata una vez más que si la regeneración no es fácil, la autoregeneración es prácticamente imposible: el PP ha vetado (aduciendo la poca cuantía de esa partida presupuestaria) la comparecencia de la presidenta de ese Consejo para que explique en el Congreso de los Diputados a qué vá a destinar los tres millones de euros (500.000 euros más que el ejercicio de 2015) con que se le ha dotado en los Presupuestos para el ejercicio 2016. Aunque del resumen de la actividad del Consejo en 2015  nos podemos hacer una idea: seis reuniones, dos jornadas, un seminario y dos participaciones internacionales, y en el terreno de lo concreto, de 2344 reclamaciones presentadas se admitieron 204 (el 8,7%) y se resolvieron 137, según información extraída del propio sitio web del Consejo. En 2015 la presidenta, María Ester Arizmendi, cobró  102.000 euros brutos (24.000 euros más que el sueldo fijado para el presidente del gobierno), lo que supuso más del 4% del presupuesto anual del Consejo. 

Otra revolución administrativa frustrada: puede que seamos teóricos propietarios de la información, pero lo cierto es que no podemos conocerla; ni la del propio Consejo que supuestamente debía asegurar ese derecho a los ciudadanos. Y que ese desconocimiento nos resulta, además, carísimo, aunque a los dirigentes del PP les parezca una minucia. 
Pues sí, también la mona vestida de seda transparente, mona se queda. Y eso sí que lo vemos todos: será  esa la transparencia, precisamente.