Comparando
el Indice de Precios de Consumo (IPC) con el salario de los empleados públicos en el período 1981-2012
(según datos del INE) vemos que se produce una depreciación en el
mencionado salario de un 38,9% acumulado en ese período, lo que supone, en promedio, el 1,25% de
decrecimiento anual. En ese mismo perído se estima que el crecimiento
del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita en España superó el 80%, pero ya entonces tanto el presidente González en 1994 como el presidente Aznar en 1997 tuvieron a bien congelar el salario de los funcionarios.
En el período 2009-2014 la depreciación acumulada de ese salario ha sido del 17,91%, es decir que en esos seis años la depreciación ha más que duplicado su decrecimiento anual (2,98%) respecto al de la serie histórica inicialmente considerada de 31 años.
En el período 2009-2014 la depreciación acumulada de ese salario ha sido del 17,91%, es decir que en esos seis años la depreciación ha más que duplicado su decrecimiento anual (2,98%) respecto al de la serie histórica inicialmente considerada de 31 años.
En 2010 el presidente Zapatero lo rebajó un 5% y ha permanecido congelado
desde entonces, bajo gobiernos del PSOE y del PP. El presidente Rajoy,
además, suprimió en 2012 una paga extra de la cual se devolvió a los funcionarios un 25% dos años más tarde; parece que ahora hay algún revuelo sobre la posibilidad de la devolución del 75% restante.
Y llegamos a éste año de elecciones. Creo que hay más de 2,5 millones de empleados públicos en España, todos ellos posibles votantes.
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