Es cierto que hay tontos felices, pero lo uno no depende de lo otro -ni lo otro de lo uno- como para poder afirmar que sólo los tontos son felices; teniendo en cuenta que los tontos son mayoría abrumadora, es razonable esperar que haya muchos más tontos infelices que sabios felices.
Y otra cosa: ser tonto (o no) y ser feliz (o no) casi nunca dependen de una elección personal.
(Recordando a Rafael Sánchez Ferlosio y a sus siempre vigentes pecios)
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