Si un funcionario no puede ser funcionario, ¿esto qué es?, nos dice, angustiado, el presidente del Gobierno en funciones, añadiendo, a propósito del nombramiento de Soria como Director Ejecutivo del Banco Mundial: ¿Qué se va a hacer? ¿Se
le echa de España? ¿Te vas del Gobierno y no puedes volver a la función
pública?. Finalmente, pidió que se sea un poco justo a la hora de
valorar.
Puedo intentar responderse por orden a las retóricas preguntas del señor Rajoy; a la primera, informarle de que esto es un mamoneo, que, aunque es palabra que aún no aparece en el diccionario de la RAE, la podríamos definir como actuación basada en el amiguismo y al margen de las
normas apropiadas ya establecidas.
Respecto a si un funcionario no puede continuar siéndolo y al segundo grupo de preguntas, informarle de que los requisitos para desposeer a un funcionario de su condición y así como los supuestos de reingreso en el Cuerpo al que se pertenezca están establecidas mediante la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre) como él mismo debería saber -¿no son éstas preguntas retóricas populismo barato?- a propuesta del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros presididio por él mismo el día 30 de octubre de 2015. En ninguno de los supuestos es necesario que abandone el país -haya estado, o no, en el Gobierno-, como sí ha ocurrido con muchos de los españoles -en su mayoría jóvenes- que se han visto forzados a hacerlo por falta de oportunidades de trabajo en España.
Y respecto a la recomendación de ser un poco justo a la hora de valorar, estoy de acuerdo: podría comenzar por aplicársela a sí mismo. A los demás, lo que nos queda ya un poco justo -varias tallas por debajo- es el propio señor Rajoy: hace tiempo que las costuras nos hacen llagas.
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