martes, 12 de enero de 2016

La publicidad y el Estado

La representante de la Abogacía del Estado, Dolores Ripoll, ha propuesto que se archive la acusación contra la Infanta Cristina de Borbón en el caso Noos argumentando que el lema "Hacienda somos todos" debe circunscribirse al ámbito para el que fué creado: el de la publicidad, y no es de aplicación en el ámbito del Derecho. Bueno es saber que Hacienda -y el propio Estado- es más de unos que de otros; siempre lo había sospechado, pero si quien tiene como misión prioritaria la defensa de los intereses del Estado lo confirma...
Pero circuncribiéndonos exclusivamente al ámbito del Derecho -y de la publicidad-, cabría recordar a la Abogacía del Estado que los supuestos de  publicidad ilícita están regulados por la Ley general de publicidad (Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad) que contempla como ilícitos no sólo civiles, sino penales, la publicidad engañosa (la que induce o puede inducir a error a sus destinatarios pudiendo afectar su comportamiento económico...), la publicidad desleal  (la que provoca descrédito, denigración o menosprecio directo o indirecto de una persona, empresa o de sus productos, servicios o actividades...) y la publicidad subliminal (la que mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre el público destinatario sin ser conscientemente percibida...).
Claro está que para poder actuar legalmente como ciudadanos contra el Estado no podremos recurrir en éste caso a quienes en teoría defienden el interés público, que ya podemos comprobar que el Estado, tal como nos lo venden, en la definición clásica de Cicerón: Agrupación de personas ligadas por la comunidad del Derecho y de la utilidad para el bienestar común, viene a ser otro eslógan publicitario más. Por lo que no está de más recordar otra definición de Estado, la de F. Oppenheimer: Es la institución social impuesta por el grupo victorioso al derrotado, con el propósito de regular su dominio y de agruparse contra la rebelión interna y los ataques del exterior. Y ésta última parece poco engañosa, desleal o subliminal.

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