jueves, 21 de enero de 2016

El plan B

Supongo que el inmovilismo -dontancredismo, casi- de Mariano Rajoy en las actuales circunstancias sea totatalmente calculado por su parte: no mover ficha en ningún sentido no vaya a ser que sus posibles electores recuerden ésta vez cualquier movimiento en falso, habida cuenta de que es muy posible que haya elecciones en los próximos meses. Y, en todo caso, responde a su personalidad más profunda, ese no hacer nada y esperar que todo se resuelva solo...y si no se resuelve, concluir que es porque no tenía solución. Por eso me extraña tanto que el ministro del Interior en funciones hable de un plan B del presidente del gobierno en funciones, sin que nadie tuviera conocimiento que Rajoy estuviera en la ejecución y desarrollo del plan A, con posterioridad a su planteamiento a Pedro Sánchez de la gran coalición. Sin embargo, la persistencia por parte de Fernández Díaz en no hablar de ese Plan B, incluso, según ha manifestado,  en el caso de que lo conociera -sin conocerlo tendría más mérito- nos hace dudar, razonablemente,  de su existencia y deducir que el señor Rajoy lo fía todo a unas nuevas elecciones pero sin que se note que es todo lo que está esperando; de ahí su cara de aburrimiento y esa agenda que ha confesado vacía a un falso presidente Puigdemont.
Eso, o que el señor Fernández Díaz le ha cedido por un tiempo -la ocasión lo merece- a su ángel de la guarda, Marcelo, para que le elabore a Mariano Rajoy unos cuantos planes alternativos, por si vienen mal dadas.

___________________________________________

PS: O sea que en eso consistía el Plan B: en declinar la investidura. Creo que ésto no ha sido cosa de Marcelo

No hay comentarios :

Publicar un comentario