lunes, 11 de enero de 2016

Machado

Estos días azules y éste sol de la infancia, fué el último verso escrito por Antonio Machado antes de morir en Colliure (Francia) el 22 de Febrero de 1939: seguramente cuando nos sentimos morir volvemos al niño que fuimos. Expulsado de éste país por nuestra guerra incivil  había  llegado a Francia con su madre, Ana Ruiz y su hermano más joven, José Machado, que más tarde contó cómo su madre, aunque agotada por las penalidades del viaje, al ver vacía la cama de su hijo Antonio, supo de inmediato -aunque piadosamente intentaron convencerla de lo contrario- que había muerto. Se sintió liberada de la promesa que le había hecho de vivir tanto como él y murió tres días más tarde, el 25 de Febrero, a los 88 años de edad.
Antonio, que hizo verdad su verso soy, en el buen sentido de la palabra, bueno, también cumplió con éstos:
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo ligero de equipaje
casi desnudo, como los hijos de la mar. 
(Al parecer, Antonio y su hermano José se turnaban en el uso de la única camisa decente que tenían para bajar a cenar en el pequeño hotel de Colliure donde pasaron días tan tristes y angustiosos).

Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.

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En memoria de Bartolomé Mora Mora, que también fué, en el buen sentido de la palabra, un hombre bueno. Y al que, igualmente, nuestra guerra marcó para el resto de su vida.

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