martes, 21 de julio de 2015

Refugiados

El ínclito ministro de Interior, Fernández Díaz, nos justifica las razones de la negativa del gobierno a la propuesta de la Comisión Europea de admisión de refugiados, comparándola con las goteras en una casa: En lugar de taponar esas goteras lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones. Ese es el programa de reubicación. Se le veía tan exultante repitiendo y mejorando la metáfora  -cambiando el escape de un fregadero por unas goteras- que hace un mes utilizó el expresidente del Gobierno francés, Nicolas Sarkozy, que es de suponer que a él le parezca suficiente explicación para todos los cortos de entendederas.
Una vez utilizada la metáfora y el argumentario -falaz- sobre el efecto llamada como consecuencia de la admisión de refugiados, el señor ministro entró en las explicaciones formales: España no va a bloquear la posibilidad del acuerdo aunque está en radical desacuerdo. No es una solución que no sea buena es que es mala
Y a la segunda ya tal; éste es el nivel.

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