El ínclito ministro de Interior, Fernández Díaz, nos justifica las
razones de la negativa del gobierno a la propuesta de la Comisión Europea de
admisión de refugiados, comparándola con las goteras en una casa: En lugar de taponar esas goteras lo que hacemos es distribuir el agua
que cae entre distintas habitaciones. Ese es el programa de reubicación. Se
le veía tan exultante repitiendo y mejorando la metáfora -cambiando el
escape de un fregadero por unas goteras- que hace un mes utilizó el
expresidente del Gobierno francés, Nicolas Sarkozy, que es de suponer
que a él le parezca suficiente explicación para todos los cortos de entendederas.
Una vez utilizada la metáfora y el argumentario -falaz- sobre el efecto llamada como consecuencia de la admisión de refugiados, el señor ministro entró en las explicaciones formales: España no va a bloquear la posibilidad del acuerdo aunque está en radical desacuerdo. No es una solución que no sea buena es que es mala.
Una vez utilizada la metáfora y el argumentario -falaz- sobre el efecto llamada como consecuencia de la admisión de refugiados, el señor ministro entró en las explicaciones formales: España no va a bloquear la posibilidad del acuerdo aunque está en radical desacuerdo. No es una solución que no sea buena es que es mala.
Y a la segunda ya tal; éste es el nivel.
No hay comentarios :
Publicar un comentario