Bueno tío, pues nada, que me voy de vacaciones. Prepárame pasta. Cansado, al parecer, de estar tocándose los huevos, que para eso se hizo diputado (en sus palabras) el hoy exdiputado del PP y exalcalde de Valdemoro, José Miguel Moreno, le pedía lo suyo hace un año al jefe púnico, David Marjaliza. Y es que él se gastaba los euros por bolsas.
Según el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, el PP se abochorna, indigna y avergüenza por comportamientos de esa índole. Dejando aparte que un partido no puede sentir bochorno, indignación o vergüenza -salvo que todos los miembros del PP estuvieran subsumidos en una única persona, lo que incluso desde un punto de vista metafísico parece improbable- hace tiempo que resultan increíbles las explicaciones que desde el PP se dan respecto a quienes formaron parte y ejercieron cargos de responsabilidad durante muchos años en el PP y a los que nadie -al parecer- conocía más que de vista, ni sabía absolutamente nada sobre sus actividades. Javier Maroto, miembro de la actual Tríada de la Comunicación del PP (junto a Pablo Casado y Fernando Martínez Maíllo) ha declarado sobre Bárcenas: Es un tipo que me da asco. No puedo ni verle, añadiendo: lo que tiene que hacer es pagar su pena y que tenga muchos años en la cárcel para escribir sus memorias y a partir de ahí que devuelva la pasta...es lo que tiene sobreactuar para intentar demostrar lo indemostrable, que se desbarra: lo de la pena está por ver, nadie sabe que Bárcenas tenga aficiones literarias y, sobre la pasta a devolver (producto, según el propio Bárcenas, de sus actividades profesionales), ¿quién cree el señor Maroto que es su legítimo dueño y que podría reclamar la devolución?: ¿el PP?, ¿los empresarios que supuestamente contribuyeron?, ¿el Estado como representante de los ciudadanos a los que se defraudó?. Y si fuera el PP, ¿podría acreditarse su procedencia?.
Sigue la pista del dinero, dijo garganta profunda al periodista del caso Watergate.
Según el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, el PP se abochorna, indigna y avergüenza por comportamientos de esa índole. Dejando aparte que un partido no puede sentir bochorno, indignación o vergüenza -salvo que todos los miembros del PP estuvieran subsumidos en una única persona, lo que incluso desde un punto de vista metafísico parece improbable- hace tiempo que resultan increíbles las explicaciones que desde el PP se dan respecto a quienes formaron parte y ejercieron cargos de responsabilidad durante muchos años en el PP y a los que nadie -al parecer- conocía más que de vista, ni sabía absolutamente nada sobre sus actividades. Javier Maroto, miembro de la actual Tríada de la Comunicación del PP (junto a Pablo Casado y Fernando Martínez Maíllo) ha declarado sobre Bárcenas: Es un tipo que me da asco. No puedo ni verle, añadiendo: lo que tiene que hacer es pagar su pena y que tenga muchos años en la cárcel para escribir sus memorias y a partir de ahí que devuelva la pasta...es lo que tiene sobreactuar para intentar demostrar lo indemostrable, que se desbarra: lo de la pena está por ver, nadie sabe que Bárcenas tenga aficiones literarias y, sobre la pasta a devolver (producto, según el propio Bárcenas, de sus actividades profesionales), ¿quién cree el señor Maroto que es su legítimo dueño y que podría reclamar la devolución?: ¿el PP?, ¿los empresarios que supuestamente contribuyeron?, ¿el Estado como representante de los ciudadanos a los que se defraudó?. Y si fuera el PP, ¿podría acreditarse su procedencia?.
Sigue la pista del dinero, dijo garganta profunda al periodista del caso Watergate.
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