Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros, afirmaba un marxista convencido, Groucho Marx. Pedro Sánchez, teniendo en cuenta que su cumpleaños es cada cuatro años, ha decidido celebrarlo hoy a lo grande, y con una dosis generosa de ese marxismo, ha enviado cinco versiones del pacto alcanzado por el PSOE con Ciudadanos a otros tantos grupos políticos de izquierda -incluído Podemos- con los que, según dice, pretende un acuerdo de gobierno; no bastaba con que del mencionado pacto ya hubiera dos versiones bastante distintas, la del PSOE y la de Ciudadanos, según parece ahora habrá siete.
Entiendo que en los pactos los grupos que acuerdan renuncian a parte de su programa pero reafirman políticas e ideas comunes; si recurriéramos a la teoría de conjuntos podríamos decir que acuerdan apoyar y llevar adelante aquellas partes de su programa en que coinciden, es decir, su intersección. En la peculiar idea que Pedro Sánchez tiene de los pactos múltiples, parece que desea incluir en un pacto común el acuerdo del PSOE con cada uno de los partidos que pretende sumar al acuerdo, o sea, que el pacto final sea la suma de las intersecciones de un conjunto central -el PSOE, evidentemente- con otros conjuntos periféricos y no, como propone el álgebra de conjuntos, la intersección de las propuestas de todos los partidos que integren el acuerdo (aunque fuera lógico considerar finalmente el peso de cada uno de los firmantes). Y, evidentemente, quedarían descartadas del hipotético acuerdo políticas opuestas de dos posibles integrantes del pacto que, en ese caso, no tendría ningún sentido.
Que digo yo que Pedro Sánchez, como licenciado en Ciencias Económicas, recordará ésto del álgebra de conjuntos. Salvo que ya le haya convencido Carmen Chacón con su teoría de la aritmética política como superación de la aritmética, a secas. A saber.