I.
En las renovadas y siempre delirantes propuestas de Esperanza Aguirre respecto a la elección de alcalde para Madrid, siempre incide en que ella lo que en realidad desea es promover un frente anti-Podemos -incluso antisoviético, ahora que no quedan soviets ni en Corea del Norte- rompiendo el primer peldaño de la escalera que Podemos pretende subir para llegar al gobierno de España. Pero puesto que se está eligiendo un alcalde para el municipio de Madrid, ¿que pasa con los madrileños?...¡ah!, ¿existen los madrileños?
II.
Además del ahorro en papel, tiempo y talento, ahora son evidentes las ventajas de presentarse a las elecciones al Ayuntamiento de Madrid sin programa, como ha sido el caso de Esperanza Aguirre -ya dijo que nadie los leía, ni ella misma- por el PP: según le interese puede decir que tiene muchas o ninguna coincidencia con los programas de otros partidos; ahora acaba de descubrir que su programa tiene muchos puntos en común con el programa del PSOE. Y porque no ha mirado bien, seguro que si busca un poco más encuentra algo soviético -aunque de centro, por supuesto- en su propio programa. Para eso es ultraliberal y, sobre todo, tiene un morro que se lo pisa, con que la podría piropear algún madrileño.
En las renovadas y siempre delirantes propuestas de Esperanza Aguirre respecto a la elección de alcalde para Madrid, siempre incide en que ella lo que en realidad desea es promover un frente anti-Podemos -incluso antisoviético, ahora que no quedan soviets ni en Corea del Norte- rompiendo el primer peldaño de la escalera que Podemos pretende subir para llegar al gobierno de España. Pero puesto que se está eligiendo un alcalde para el municipio de Madrid, ¿que pasa con los madrileños?...¡ah!, ¿existen los madrileños?
II.
Además del ahorro en papel, tiempo y talento, ahora son evidentes las ventajas de presentarse a las elecciones al Ayuntamiento de Madrid sin programa, como ha sido el caso de Esperanza Aguirre -ya dijo que nadie los leía, ni ella misma- por el PP: según le interese puede decir que tiene muchas o ninguna coincidencia con los programas de otros partidos; ahora acaba de descubrir que su programa tiene muchos puntos en común con el programa del PSOE. Y porque no ha mirado bien, seguro que si busca un poco más encuentra algo soviético -aunque de centro, por supuesto- en su propio programa. Para eso es ultraliberal y, sobre todo, tiene un morro que se lo pisa, con que la podría piropear algún madrileño.
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