I
Así como en la Oceanía de la novela 1984 de Orwell existía un Ministerio de Amor, encargado de los castigos y la tortura, un Ministerio de la Paz para gestionar la guerra o un Ministerio de la Abundancia para repartir la pobreza, en el gobierno de Mariano Rajoy se incluye un Ministerio de Empleo y Seguridad Social que, por las mismas razones, podríamos suponer que tiene como objetivos prioritarios el desempleo y la inseguridad social. No creo andar descaminado en esta suposición cuando oigo al señor Rajoy calificar la reforma laboral por él aprobada como “amplia, profunda y equilibrada", a la señora Báñez decir que es "completa, equilibrada y útil" o a la secretaria general del PP referirse a la misma -sin despeinarse- diciendo que "gusta mucho a los que no tienen empleo y quieren trabajar".
Así como en la Oceanía de la novela 1984 de Orwell existía un Ministerio de Amor, encargado de los castigos y la tortura, un Ministerio de la Paz para gestionar la guerra o un Ministerio de la Abundancia para repartir la pobreza, en el gobierno de Mariano Rajoy se incluye un Ministerio de Empleo y Seguridad Social que, por las mismas razones, podríamos suponer que tiene como objetivos prioritarios el desempleo y la inseguridad social. No creo andar descaminado en esta suposición cuando oigo al señor Rajoy calificar la reforma laboral por él aprobada como “amplia, profunda y equilibrada", a la señora Báñez decir que es "completa, equilibrada y útil" o a la secretaria general del PP referirse a la misma -sin despeinarse- diciendo que "gusta mucho a los que no tienen empleo y quieren trabajar".
Que, por cierto, en cuanto a las denominaciones, ha sido una tendencia general la seguida por el señor Rajoy en el resto de Ministerios, como el de Educación, Cultura y Deporte -no hay más que recopilar intervenciones recientes de su titular- o el de Economía y Competitividad, a cargo de un competitivo ex-directivo presente en la quiebra de Lehman Bothers. Bien es verdad que le ha faltado al señor Rajoy un utilísimo Ministerio de la Verdad -con precedentes en la mencionada novela de Orwell- pero es que, seguramente, en ese caso se habría visto en el compromiso de tener que elegir entre el señor González-Pons, el señor Trillo y el señor Gallardón o bien prescindir de un titular indiscutible en el Ministerio de Justicia.
II
Se pasea el señor Rajoy por Europa -con ese braceo suyo tan característico, que parece que le acaban de engrasar los hombros y los codos- visitando Consejos y departiendo con mandatarios y a su vuelta nos anuncia triunfante, como una muestra de soberanía nacional -no como antes, con otros gobiernos- que ha decidido que el límite del déficit para este año sea de 5,8%; poco tiempo después, el "eurogrupo" le comunica al soberano Reino de España que el techo del déficit deberá ser del 5,3% en 2012. Mariano Rajoy nos informa, entonces, que el 5,3% de déficit fijado por Europa "reconoce la solidez de nuestros argumentos".
Yo me pregunto si no le sería útil al señor Rajoy la creación de un Ministerio de la Verdad inspirado en el que regía en la Oceanía de la novela 1984, de Orwell. Hay que tener en cuenta que hoy, con la potencia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, se podría crear una "verdad" políticamente correcta casi casi en tiempo real.
http://elpais.com/elpais/2012/03/16/opinion/1331922419_485952.html
II
Se pasea el señor Rajoy por Europa -con ese braceo suyo tan característico, que parece que le acaban de engrasar los hombros y los codos- visitando Consejos y departiendo con mandatarios y a su vuelta nos anuncia triunfante, como una muestra de soberanía nacional -no como antes, con otros gobiernos- que ha decidido que el límite del déficit para este año sea de 5,8%; poco tiempo después, el "eurogrupo" le comunica al soberano Reino de España que el techo del déficit deberá ser del 5,3% en 2012. Mariano Rajoy nos informa, entonces, que el 5,3% de déficit fijado por Europa "reconoce la solidez de nuestros argumentos".
Yo me pregunto si no le sería útil al señor Rajoy la creación de un Ministerio de la Verdad inspirado en el que regía en la Oceanía de la novela 1984, de Orwell. Hay que tener en cuenta que hoy, con la potencia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, se podría crear una "verdad" políticamente correcta casi casi en tiempo real.
http://elpais.com/elpais/2012/03/16/opinion/1331922419_485952.html
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