De los 450 millones de hispanohablantes, no para todos ellos los verbos tomar y coger son sinónimos. Por ello, seguramente, una de las primeras películas de Woody Allen, Take the money and run, la he visto siempre traducida como Toma el dinero y corre y no como Coge el dinero y corre, título este último que en España sería el más exacto.
Cuando el gobierno nos plantea los recortes de los servicios públicos y la subida de impuestos como la forma ineludible de equilibrar los presupuestos del país, ya sé donde no ha ido a coger un dinero que se sabe que existe pero que se queda en los bolsillos de los empresarios o en cuentas bancarias de paraísos fiscales: el que constituye la gran bolsa del fraude fiscal. Quiero decir que ya sé donde no han ido a tomarlo. Y, en cambio, sí sé a donde y por donde nos mandan a tomar -a coger- al resto de los españoles, a los que pagamos el IVA y el IRPF.
Cuando el gobierno nos plantea los recortes de los servicios públicos y la subida de impuestos como la forma ineludible de equilibrar los presupuestos del país, ya sé donde no ha ido a coger un dinero que se sabe que existe pero que se queda en los bolsillos de los empresarios o en cuentas bancarias de paraísos fiscales: el que constituye la gran bolsa del fraude fiscal. Quiero decir que ya sé donde no han ido a tomarlo. Y, en cambio, sí sé a donde y por donde nos mandan a tomar -a coger- al resto de los españoles, a los que pagamos el IVA y el IRPF.
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