sábado, 10 de marzo de 2012

Justicia

El señor Rosell,  presidente de  CEOE,  a pesar de manifestar que la reforma laboral no es "un traje a la medida de los empresarios" la continúa apoyando de forma inequívoca -es natural- procurando siempre, eso sí, que no se le vean los dientes. Además, nos clarifica semánticamente, que la nueva reforma laboral no facilita el despido sino que "lo hace concreto", y que las nuevas condiciones "son más claras, pero no despiadadas". O sea, que te despiden clara y concretamente, pero a la vez que te despiden se apiadan de tí por tener que hacerlo.
Y ha recordado también el señor Rosell, para que se comprenda porqué no está totalmente satisfecho, que en lo tocante al derecho de huelga, la legislación española está "anticuada" y pide proceder a su "regulación". Que debe ser que ese tema ahora está menos que regular y hay que dejarlo "como Dios manda".
Convendría recordar, una vez más, que no se trata de piedad o caridad -como en la nueva normativa sobre la dación en pago para liquidar una hipoteca- si no, simplemente, de justicia. De eso de lo que el señor Gallardón dice que es Ministro.

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