...sí, retrogradar puede ser sinónimo de retroceder; ¿entonces, va a resultar que soy un cultureta con ínfulas y algo pedante?; pudiera ser, pero, por si sirve de justificación, diré que he empleado retrógrado por la sugerencia asociada y que lleva en sí misma el concepto de reaccionario y por lo cual resulta distinta y de más peso que el simple retroceso, que sugiere ser algo temporal, como con la obligación implícita de retomar el avance en cuanto las circunstancias lo permitan; retrogradar -para mí- es ir hacia atrás de forma continuada: recorrer el camino cuyo sentido es diametralmente opuesto al del progreso. Me explico. Allá por los años setenta del siglo pasado España estaba saliendo de una imposible autarquía impuesta por la dictadura franquista y se estaba asimilando a pasos agigantados a nuestros vecinos europeos y recuperándose de un atraso socio-económico de varias décadas: el progreso económico y social parecía inevitable a nivel mundial y también nacional y aún más cuando finalizó formalmente la dictadura y nos las prometíamos muy felices con la llegada formal de la democracia; reitero lo de formalmente y formal porque es la clave para entender porqué el progreso en el que vivíamos en esos años se ha convertido en utópico casi medio siglo después; recordemos: el progreso no es inevitable. En primer lugar la denominada Transición del 78 fué en realidad y fundamentalmente una transacción, como se ha demostrado con posterioridad -hasta el día hoy- con toda crudeza: una transacción con el objetivo de mantener todo el entramado político y económico del franquismo bajo una apariencia formal de democracia. Por tanto, la situación social y económica que padecemos -especialmente grave en el mercado laboral y, dentro de él, especialmente grave para la juventud- no es tanto producto de la crisis económica mundial de 2008 como de las condiciones que el PSOE impuso durante las legislaturas en las cuales fué presidente Felipe González (1982-1996); cuando Alfonso Guerra, presumiendo de reformista radical, dijo aquello de que el día en que nos vayamos a España no la va a reconocer ni la madre que la parió, no suponíamos entonces que todo iba a resultar en el actual esperpento.
Clarificador y necesario es, a éste respecto, el informe elaborado por James Petras -colaborador habitual de Noam Chomsky- por encargo del CSIC y que fué publicado ya en 1996 por la revista Ajoblanco, pese a que una vez conocido por quien lo encargó y por los dirigentes del PSOE, éstos trataron de ocultarlo y guardarlo bajo siete llaves (y las razones para ésto resultan evidentes tras su lectura). Por ser breve, copiaré aquí sólo algunos esclarecedores párrafos de las conclusiones del informe (que recomiendo encarecidamente consultar completo):
...
La supuesta "modernización" de la economía española bajo los auspicios del régimen socialista de Felipe González ha tenido un efecto profundamente negativo sobre la vida socio-económica, política y cultural de la clase trabajadora y, en particular, sobre la familia y los trabajadores jóvenes.
...
Aunque la calidad de vida de los jóvenes trabajadores era mejor que la de sus padres mientras estaban creciendo, las perspectivas de futuro son mucho más negativas. Además, como les han mimado y satisfecho todos sus deseos de consumo, carecen del empuje y la iniciativa para cambiar su estatus. Más aún, cuando llegan a la edad adulta no hay modelo politico ni movimiento que les atraiga. Ni tampoco sus padres les han provisto de un marco de referencia político para hacer frente a sus adversarios sociales y políticos.
...
El supuesto de los economistas liberales de que un funcionamiento favorable del mercado se traduce en mayores niveles de vida y más libertad política es falso. La intensificación del mercado crea mayor dependencia familiar, más inseguridad personal, movilidad social descendente y menos autonomía personal. El mercado debilita la sociedad civil y fortalece el poder del Ejecutivo, al tiempo que disminuye el apego de los ciudadanos a las instituciones electorales.
...
El "libre mercado", como el mecanismo elegido para lo que se suponía iba a ser la modernización de España, ha debilitado los lazos entre la clase trabajadora y la clase política, y ha fortalecido las estructuras estatistas-autoritarias a expensas de la sociedad civil y de la consulta pública.
...
En fin, ya digo, un informe imprecindible para entender la España de hoy: las bases y condiciones se establecieron y son públicas y conocidas desde el siglo pasado.