Por todo ello, mantener que el documento que plasmó aquél ejercicio de revestimiento del santo -la Constitución del 78- que ayer se conmemoraba, celebrando su vigencia, es querer ignorar voluntariamente que muchos ya se han dado cuenta de la ineficacia -por no hablar de ineficiencia- de la tramoya del guiñol montada para mantener en la ignorancia a una mayoría suficiente para que la privilegiada minoría de siempre continuara con sus privilegiados negocios. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha apelado a una lectura integradora ya que una Constitución inclusiva demanda una lectura honesta y abierta; una lectura también integradora, que no pretenda apropiarse del texto constitucional convirtiéndolo en bandera y patrimonio partidista. Nadie tampoco debe pretender ignorar los contenidos que le resulten molestos o incorporar al mismo nuevas exigencias excluyentes o reductoras. Tarde ya, creo, para que cuarenta años después la Constitución pase a ser de instrumento artificial de engaño a instrumento de defensa de la mayoría social de este país, cuando es continuo el ejercicio de malabarismo selectivo que permite defender con pasión artículos peligrosísimante ambiguos (por ejemplo, el 155) e ignorar simultáneamente los referidos a los derechos y libertades de los españoles.
Tarde, ya digo, para pretender que una vez vista por muchos la trampa, todos deseemos continuar viviendo en ella únicamente por los teóricos beneficios derivados de la Carta Magna. Como si se tratara de un coñac que vemos de continuo beber a otros; a los de siempre.
Es un autentico gusto leerte.
ResponderEliminarMuy bueno lo de la transacción.
Salud.
Charli
...me alegro de que coincidas y de que te guste.
EliminarSalud,
Luis
Es un autentico gusto leerte.
ResponderEliminarMuy bueno lo de la transacción.
Salud.
Charli