viernes, 25 de febrero de 2011

Radicalismo y adanismo

El expresidente del Gobierno José María Aznar ha declarado que el "radicalismo ideológico aplicado con una buena dosis de adanismo frívolo" por parte del gobierno actual ha llevado a Europa a observar a España con recelo y perplejidad y a considerarla "un riesgo sistémico". Hablar por no callar. ¿Radicalismo ideológico? El propio Rodríguez Zapatero se considera ideológicamente a sí mismo  como un "demócrata social" que todo el mundo entiende que es varios puntos menos radical que un socialdemócrata. Pero por si las  autodenominaciones no fueran muy fiables, ahí tenemos sus últimos recortes sociales a trabajadores, parados, pensionistas y dependientes por mandato imperativo de "los mercados", implantando políticas que poco han diferido de las que habría seguido el PP de estar en el poder. ¿Adanismo frívolo?. Es usual en este país, a nivel general, que un recién llegado a ciertos niveles de responsabilidad crea que posee en su cerebro mágicas soluciones en las que nadie nunca había pensado antes, tirando a la basura -casi siempre sin mirarlo- el trabajo de su predecesor en el cargo. Aún recuerdo cuando el señor Aznar, en los tiempos previos a su llegada al poder, tildaba de "pedigüeño" a Felipe González en su solicitud de los fondos de cohesión europeos para España. El señor Aznar hizo lo propio en cuanto pudo, no sé si de forma más adanista que frívola o viceversa, pero, en todo caso bastante soberbia, presumiendo reiteradamente de que el crecimiento de España estaba por encima del de los países más desarrollados de la Unión Europea, incluyendo a Francia y Alemania. A partir de entonces Alemania comenzó a defender, lógicamente, la posición de retirar las ayudas comunitarias a España -ya que estábamos tan sobrados- para dárselas a otros países más necesitados. Riesgo sistémico -y endémico, desgraciadamente- es el que representa el señor Aznar para España cada vez que abre la boca para esparcir su sabiduría

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