Casi siempre resulta mala política hacer las cosas a medias. Así ocurre, por ejemplo, con el Area de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, en la que su actual responsable, Ana Botella afirma -y lo ratifica el alcalde, señor Ruiz-Gallardón- que en Madrid gozamos de un aire excelente. ¿Como es posible tanta desfachatez?, dirán algunos. Pues sencillamente porque las estaciones de vigilancia y control para la medición de la calidad del aire están en la mitad del ambiente que es de la responsabilidad del Ayuntamiento e instaladas en puntos arbolados y ventilados (hoy por ejemplo, cuando resulta difícil ver la parte alta de las cuatro torres de Chamartín, sólo tres de las 23 estaciones de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire en Madrid, presentan un nivel amarillo), mientras que en la otra mitad está el aire que respiramos la mayoría de los madrileños. Y así puede, con toda la razón que le dan los datos, argumentar la señora Botella que más asfixia el paro que el purísimo aire de Madrid, que, como se decía en tiempos, "es tan sutil que mata a un hombre y no apaga un candil". En fin, esperemos que la próxima borrasca que ha de llevarse la "boina" que nos cubre venga entera, y no media.
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