La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha admitido estar "profundamente sorprendida por la evolución judicial" en los casos de corrupción que afectan a líderes del PP valenciano, e insiste en que son una "muestra suficiente" para que se piense en "darle una vuelta a la independencia de la Justicia", ya que aunque hay "jueces y fiscales profundamente independientes, a lo mejor no lo son todos". La verdad es que muchos también estamos sorprendidos por la evolución judicial en estos casos, pero por todo lo contrario: no suponíamos que hubiera tantos jueces y fiscales tan profundamente independientes. El que lo fueran todos supondría ya rozar la perfección de la divinidad, y por muchas vueltas que se le diera -respetando la independencia del poder judicial en un Estado de Derecho- no creo que se lograra. O sea, que puestos a dar la vuelta a algo, mejor que devuelva los bolsos de Louis Vuitton que parece que recibió como regalo de alguno de los integrantes de la trama Gürtel y que como mucho acepte -si es que le llegan- las anchoas del presidente de la Comunidad de Cantabria que, al menos, son consumibles y no queda rastro del cuerpo del delito. No sea que acabe ella misma acusada de cohecho pasivo impropio.
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