lunes, 5 de agosto de 2019

Pactando en Madrid

Respecto al Acuerdo de Investidura para la Comunidad de Madrid, elaborado por Vox y presentado para su firma a la candidata a la presidencia del gobierno de esa Comunidad por el PP, Isabel Diaz Ayuso, a cambio de su apoyo en la investidura, ésta, manteniendo el nivel a que nos tiene acostumbrados, ha manifestado prefiero pactar con un partido como Vox que además ha sabido hacer cesiones, que pactar con Bildu y también que prácticamente todo lo que pone en el documento de Vox es asumible; se puede asegurar que la posibilidad de pactar con Bildu en la Comunidad de Madrid es imposible; también que la categoría de asumible es práticamente ilimitada y que únicamente depende de la cosmovisión personal de cada uno. De lo cual parece deducirse que Diaz Ayuso ha contribuído más bien poco a que nos formemos una opinión sobre su postura en dicho acuerdo -en línea, ya digo, con el nivel esperable de ella- y que, por tanto, deberemos continuar viviendo de prejuicios (de juicios formados con anterioridad a sus declaraciones).
Pero el texto del acuerdo (sólo son dos páginas; recomiendo su lectura), también es merecedor de algún comentario. Dicho texto comienza así: Vox facilitará la investidura de la señora Díaz Ayuso bajo la premisa de que la candidata del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad de Madrid y sus socios de gobierno acepten introducir los puntos enumerados a continuación; sin pretender ninguna connotación escatológica: ¿introducir dónde?
El breve texto se articula en tres Puntos: 1. Prosperidad; 2. Libertad de Educación y Pensamiento; 3. Cumplimiento de la Legalidad.
Del punto 1 se obtiene la impresión de que la prosperidad lo será, sobre todo, para aquellos a quienes se propone bajar los impuestos, o sea, a los ricos que de esa manera prosperarán más rápidamente, salvo a aquellos que se postulen para revertir el invierno demográfico teniendo hijos y, por consiguiente, garantizar futura mano de obra barata a utilizar por los mismos a quienes se bajan los impuestos; para redondear su prosperidad, será.
Con lo expresado punto 2 que propone Garantizar la libertad educativa y el derecho de los padres a elegir el modelo educativo que deseen para sus hijos. Evitar cualquier injerencia de los poderes públicos en la formación ideológica de los alumnos, de tal forma que se asegure la conformidad de los padres con los contenidos de carácter ideológico a impartir por parte del centro educativo yo estaría de acuerdo, siempre que la propuesta de evitar la injerencia de los poderes públicos sea total, es decir, que dicha educación no sea financiada con fondos públicos como ocurre en la actualidad con la educación concertada; en una educación totalmente privada se podría prohibir y/o promover cualquier tipo de adoctrinamiento (siempre dentro de los límites de la legislación vigente). Y apuntar que la libertad de pensamiento es difícil de reprimir -ni la Inquisición ni las dictaduras totalitarias lo consiguieron- y que, por tanto, no necesita de ninguna defensa.
Respecto al punto 3 Dado que los recursos de los madrileños no son ilimitados (evidentemente), colaborar con la Administración General del Estado para asegurar el cumplimiento estricto de los acuerdos...¿cumplir la legalidad vigente es un valor añadido? 
Sería fácil resumir las dos páginas del documento en diez líneas lo que, además, tendría la ventaja para Díaz Ayuso de poder asumirlo mucho mejor. 
Evidentemente Ciudadanos también ha asumido el documento de Vox porque , en palabras de Ignacio Aguado, su líder en Madrid, Hemos encontrado un denominador común, siendo fieles a nuestros valores, nuestros programas y nuestros principios, que, la verdad, no es mucho mérito para un partido cuyos valores, programas y principios habitualmente se adecúan al recipiente que los contiene, como los gases. La regeneración propuesta por Ciudadanos era ésto, amigo.

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