lunes, 12 de agosto de 2019

Errar sin probar

Pedro Sánchez descansa en Doñana leemos en un titular de El País: hace tiempo que Pedro Sánchez -una vez convertido, como Saulo de Tarso, a la Verdad (del Ibex35, en este caso)- ya no es para El País un insensato sin escrúpulos, cobarde, sectario, desviado ideológico y mentiroso del que había que salvar al PSOE, ahora es un buenísimo presidente de gobierno, que tiene derecho a su descanso vacacional -esté como esté el país, con esa gobernabilidad que al parecer es tan importante, o sin ella- porque él ya lleva desde Abril intentándolo; que no lo haya conseguido aún, pese a su extrema entrega y el empeño que le pone, sólo puede ser culpa de otros: Sánchez ha mantenido una frenética agenda de reuniones esta última semana para ampliar el programa progresista... en los últimos siete días ha tenido 14 encuentros con representantes de 180 colectivos sociales y económicos, nos pormenoriza El País (y nunca es suficiente). De ahí la consecuente extenuación y las inevitables vacaciones; cualquier sacrificio -en Doñana, a ser posible- debe ser aceptado si lo es por la gobernabilidad de España: inexcusable.
Por su parte, el ministro de Fomento en funciones y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos -portavoz ocasional tanto del Gobierno como de su partido- ha manifestado que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aceptará el encargo del rey Felipe VI, como candidato a la investidura en Septiembre sólo si se dan las condiciones, instando a renglón seguido a Unidas Podemos para que haga posible que se den y acepte un acuerdo programático, ya que -según él- un Gobierno de coalición ya se ensayó y no prosperó; que a eso y no a otra cosa puede se llamarse habilidad a la hora de externalizar responsabilidades o, en lenguaje de la calle, tener un morro que te lo pisas. Y, ya lanzado, Ábalos ha debido decidir no escatimar e informarnos, además, de que Pedro Sánchez ahora está buscando la confianza de las fuerzas políticas con las que pueda entenderse, justo para que podamos preguntarnos -retóricamente, más que nada- ¿y qué es, entonces, lo que ha estado haciendo hasta ahora?, ¿alternar entre varios lugares de descanso?; pero, no estorbemos con minucias al señor Ábalos, que él no puede parar -siempre hacia delante (y a la derecha)- como puede verse en la foto.
Por cierto, ensayar, en el sentido habitualmente aceptado de probar, no sería la palabra adecuada para referirse a un nonato gobierno de coalición: no ha existido ensayo de ningún tipo; Ábalos -que, seguramente también estará necesitado de descanso- supongo que sólo quería poner en nuestro conocimiento una más de las variadas capacidades tipo Minority Report de Pedro Sánchez: la de averiguar que algo va a fallar antes de probarlo (como un consumado policía PreCrimen); normal que tenga que descansar de forma urgente, esas capacidades también desgastan mucho. Y sería bueno que no las desperdiciara: podría con facilidad renovar la metodología de la Ciencia, que lleva siglos utilizando el tedioso método heurístico de prueba y error. A ver si, aunque sin Gobierno, prosperamos en algo.

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