Imagino que en los grupos de negociación siempre es necesario contar con alguien que tenga como principal objetivo la componenda: supongo que sea esa persona el alma del grupo y quien, si la pelota se sale de los límites establecidos por una patada excesiva y no bien medida de alguno de los negociadores, no tiene inconveniente en ir a por ella para poder seguir jugando. En el grupo negociador del PP con Ciudadanos ese papel parece corresponder a Jose Luis Ayllón, actual Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes (ignoro porqué las preposiciones y los artículos de su cargo no llevan mayúsculas), ese perfecto número dos, de Soraya Sáenz de Santamaría durante los últimos años; ese hombre de mirada lejana y sonrisa -posiblemente- neutra e indescifrable que comenzó su carrera política como presidente de NN.GG. del PP en Cataluña, ya algo talludito para el cargo -de ahí que algunos aún le llamen papi- para después ejercer de fontanero con Aznar en el gobierno y más tarde (2011) ser nombrado para el cargo que actualmente ostenta, en funciones. Pasa por ser uno de los actuales redactores del argumentario de Rajoy y, por tanto, del PP.
Ayllón, ante las manifestaciones de molestia y/o cabreo de Girauta (Ciudadanos) por la falta de aceptación de muchas de sus propuestas por parte del PP, ha salido rápidamente al quite -ante los medios- para manifestar que tras escuchar a Girauta (bien por el esfuerzo), debo decirles que el PP no está preocupado,
sino ocupado (importante precisión temporal) en acercar posturas y conseguir el mayor nivel de
acuerdo, añadiendo que no hay ningún
motivo para la ruptura y que el PP, siguiendo la metodología de la
negociación que se pactó desde el principio, se toma su tiempo para
preparar sus respuestas a las propuestas de Ciudadanos (y así prolongar convenientemente las negociaciones). Justifica ese tiempo porque no basta con poner propuestas en
un papel, sino que hay trabajar con responsabilidad y garantizar que
son medidas realizables y que cuentan con recursos para llevarse a
cabo; que ésto también es algo discutible: recursos hay, es su priorización lo que hay que decidir: se trata de propuestas, no de leyes dotadas de presupuesto; si ese fuera el argumento de fondo para el PP, sobraría toda negociación.
Pero Ayllón nos tranquiliza; el partidillo -el guiñol- sigue: tenemos que entender que hay que darle algo de vidilla al asunto e incorporar algún sustillo o tensioncilla, para que parezca que es verdad lo de las negociaciones regenerativas.
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