Mientras el lider del PP, en un intento por dotar de respetabilidad y autoridad moral -tan deterioradas- al PP, llamaba a la regeneración para conseguir un partido "limpio y unido" en el congreso de Barcelona, Francisco Camps, demostrando que esa lección ya se la sabe y le sobra, atendió compromisos más urgentes: conducir un Ferrari en el circuito de Cheste, para promocionar la Fórmula 1. Lo primero es lo primero. Y, por si vienen con una camioneta de madrugada, bueno debe ser saber conducir un Ferrari.
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