martes, 20 de octubre de 2009

La mujer del César


"No hemos oído a Camps hacer manifestaciones en el mismo sentido que Costa, y un secretario general tiene que saber muy bien dónde está". La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, parece que sí sabe donde está, lo que no es poco mérito en el PP actual. En todo caso, si no lo he entendido mal, lo que se le reprocha a Ricardo Costa, es que, a diferencia del perpetuo ausente Francisco Camps, hiciera declaraciones y afirmara no sentirse muy orgulloso de alguna de sus conversaciones. Es decir que lo malo -para el PP- no es tanto que figuras con cargos de responsabilidad política tuvieran supuestas conductas irregulares, si no su reconocimiento público. Es decir, para el PP, aquello de que la mujer del César no sólo debe ser honesta sino parecerlo, queda reducido a lo último simplemente: que lo parezca aunque todo el mundo tenga fundadas sospechas de que no lo es. Si no sabemos el contenido de las hipotéticas conversaciones de Francisco Camps con su amiguito del alma para hablar de lo suyo -eso tan bonito- de su propia boca, ¿aquí no ha pasado nada?. Efectivamente, parece que el cese transitorio -y alternativo: ahora sí, ahora no- es el que han aplicado a Ricardo Costa, de quien dicen que continúa con sus labores habituales en el PP-ahora sí- salvo -ahora no- en continuar dando comunicados a los medios. "En boca cerrada no entran moscas" ha asegurado David Serra, secretario de organización del PP valenciano. Este ya sabía que para ser mujer de éste César lo mejor es ser muda, como él.

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