"Si te vas tú, me voy yo". Eso parece que le dijo a Costa el Molt Honorable Camps. Me recuerda a aquél "dos por el precio de uno" de Felipe González, refiriéndose a su entonces número dos, Alfonso Guerra. Al final, el número uno, en un hábil regate, justificado siempre por la responsabilidad, se queda, mientras el número dos paga los platos rotos -los haya roto él o no- y se vá, para eso es el número dos. En estos casos, el ordinal es decisivo. Ya se sabe: las parejas duran lo que dura el interés. Pero en política se nota más.
No hay comentarios :
Publicar un comentario