Escribe hoy en El País Ignacio Sotelo sobre el descrédito de la política -de los políticos, concretamente- analizando las causas de ese cada vez más arraigado prejuicio sintetizado por el sentir colectivo en la frase "todos son iguales". Iguales a la baja, naturalmente. Es difícil admitir esa homogeneidad considerando únicamente la pluralidad que necesariamente ha de existir en cualquier colectivo, pero es muy cierto que el continuo goteo de casos de corrupción no contribuye a que la clase política, en su conjunto, sea lo respetada que su función necesita. En todos y cada uno de los aspectos que el señor Sotelo analiza como deficiencias de nuestro sistema político, subyace un hecho que contamina la totalidad y hace que nuestra democracia sea puramente teórica: la vigente estructura partitocrática convierte la potestad de cada diputado en un mandato imperativo, en beneficio, no de sus electores, si no del partido que les incluyó en sus listas. La disciplina de voto desvirtúa por completo la esencia de la democracia, por lo cual tanto las razones políticas como la forma de expresarlas y justificarlas acaba siendo un mero trámite, sin valor ninguno: todo se podría decidir más rápidamente y con menor parafernalia en las Juntas de Portavoces. Aunque hoy nos parezca mentira, nada de todo eso sucedía en el sistema parlamentario de la II República, en el cual los partidos eran asociaciones privadas carentes de reconocimiento oficial y los diputados eran libres y podían votar en conciencia, no estando sometidos -al menos no con la rigidez actual- a la disciplina partidaria. Sería por eso que los políticos de esa época se veían en la necesidad de conectar directamente con la sociedad y de desarrollar en el Parlamento lo que constituye su esencia y está en la raíz de su nombre: la palabra, el discurso, el debate.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
jueves, 29 de octubre de 2009
martes, 27 de octubre de 2009
Móviles
Ya se sabe, las herramientas no son buenas ni malas, sólo el uso que hagamos de ellas puede ser evaluado. La tecnología, igual que nos brinda nuevas posibilidades, puede proporcionarnos considerables perjuicios, igual que nos facilita la vida, nos la puede complicar. El teléfono móvil, ese artilugio hace tan poquito imposible y que hoy es aparentemente imprescindible, puede llegar a resultar no ya molesto, si no francamente insoportable. En el tren de cercanías -mi transporte habitual- no es raro que todo el personal de un vagón salga de su apacible somnolencia al amanecer oyendo la bronca que de viva -muy viva- voz ese señor tan trajeado como nervioso está echando al infeliz que, al otro lado del móvil, no le tiene preparado el expediente para una importantísima reunión. Intentando reponernos -tras el agotamiento del repertorio de improperios del señor del traje que, además, ha expandido el aroma de su insoportable perfume con los gestos rotundos con que se animaba al hablar- de la parte alícuota de la bronca que nos ha correspondido a todos y cada uno de los viajeros, comenzamos a enterarnos, simultáneamente, tanto de las instrucciones para elaborar una correcta papilla para bebé -plátano, galleta, leche...- que una madre reitera hasta la saciedad a una primeriza canguro, como del aún más reiterativo diálogo tontorrón -jo tío, claro tío, no sé tío...- de una chica (no se sabe si sobrina o no) con alguien al otro lado del móvil. Si algún viajero pierde involuntariamente el hilo de alguna de las semiconversaciones no hay que preocuparse: aparecen más tíos y el azúcar en sucesivas ediciones de las mismas. Subo el volumen de mi reproductor de música y ni así evito oír un epíteto muy lucido que al señor del traje se le había olvidado y que repite varias veces en un volumen de voz cada vez más alto, de tal manera que la mamá, insegura, se ve obligada a comenzar desde el principio con la receta de la papilla, además de decir a la que imaginamos saturada canguro que le ponga el termómetro a Vanesa, porque ha notado que estaba muy caliente. Más o menos como todos nosotros -involuntarios oyentes- a esas alturas. Pero a grandes males grandes remedios. O lo de la cuña de la misma madera. O quien a móvil mata, a inhibidor muere: veo que en la tienda del espía venden inhibidores portátiles de teléfonos móviles -con un radio de acción de 10 metros- a 257 euros. Los grandes remedios parece que también son caros, en consonancia. Puedo proponer a los escasos viajeros que veo que no utilizan el móvil financiarlo a escote.
martes, 20 de octubre de 2009
Polivalencia
Uno de los rasgos definitorios de un político es la polivalencia, aunque sea aparente. Facilitada por los medios, esta multipresencia tiene un aura de omnipresencia que resulta semidivina. Mariano Rajoy, por ejemplo, al que muchos tildan de indolente o inactivo, lo mismo te hace un queso de cabra, que se opone al proyecto del ley del aborto, que desmiente que a Camps se le vaya por fin a enterrar políticamente. Y todo en el mismo día. Con este trajín no sé si le habrá dado tiempo a leer la carta que le ha dirigido Montserrat Nebrera. Menos mal que al ser una carta abierta, alguien se la transmitirá -comentada y filtrada- seguramente.
La mujer del César
"No hemos oído a Camps hacer manifestaciones en el mismo sentido que Costa, y un secretario general tiene que saber muy bien dónde está". La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, parece que sí sabe donde está, lo que no es poco mérito en el PP actual. En todo caso, si no lo he entendido mal, lo que se le reprocha a Ricardo Costa, es que, a diferencia del perpetuo ausente Francisco Camps, hiciera declaraciones y afirmara no sentirse muy orgulloso de alguna de sus conversaciones. Es decir que lo malo -para el PP- no es tanto que figuras con cargos de responsabilidad política tuvieran supuestas conductas irregulares, si no su reconocimiento público. Es decir, para el PP, aquello de que la mujer del César no sólo debe ser honesta sino parecerlo, queda reducido a lo último simplemente: que lo parezca aunque todo el mundo tenga fundadas sospechas de que no lo es. Si no sabemos el contenido de las hipotéticas conversaciones de Francisco Camps con su amiguito del alma para hablar de lo suyo -eso tan bonito- de su propia boca, ¿aquí no ha pasado nada?. Efectivamente, parece que el cese transitorio -y alternativo: ahora sí, ahora no- es el que han aplicado a Ricardo Costa, de quien dicen que continúa con sus labores habituales en el PP-ahora sí- salvo -ahora no- en continuar dando comunicados a los medios. "En boca cerrada no entran moscas" ha asegurado David Serra, secretario de organización del PP valenciano. Este ya sabía que para ser mujer de éste César lo mejor es ser muda, como él.
Vox populi vox Dei
En tiempos antiguos se decía que la voz del pueblo era la voz de Dios; tan antiguos que se decía en latín: vox populi vox Dei. Rápidamente -en términos históricos- los obispos de la iglesia católica enmendaron este ingenuo despiste de los primitivos cristianos y ya Alcuino de York (735-804) citó esta frase para negarla, alegando que las masas están siempre bastante cercanas a la locura. Desde entonces, al menos, parece que la jerarquía institucional de la iglesia católica tiene en exclusiva la franquicia de la palabra divina. Para salir de dudas, le planteo al oráculo Google la afirmación "Dios nos habla", y éste me responde en milisegundos a través de una web católica confesa que -sorprendentemente- afirma que Dios nos habla de mil modos, pero que no lo escuchamos por el ruido interior que llevamos dentro. Efectivamente, maximizar la relación señal/ruido ha sido, de siempre, un parámetro fundamental en los sistemas de sonido, de lo que deduzco que la causa por la que no oímos directamente a Dios pudiera ser puramente técnica. Y, seguramente por esto, para evitar que el papa, supremo portavoz de Dios en este mundo, tuviera algún problema en la transmisión de su mensaje, el gobierno de la Comunidad de Valencia decidió gastar más de seis millones de euros en asegurar que su voz se transmitía alto y claro en cada uno de los actos de su visita a este país. ¡Y que son tres millones que, al parecer, se distribuyeron algunos intermediarios de la trama Gürtel, si se trataba de garantizar el filtro del ruido personal y otras posibles interferencias en el mensaje papal, es decir, de Dios!. De paso, constato que lo de Vox populi vox Dei parece estar definitivamente obsoleto, a todos los niveles.
domingo, 18 de octubre de 2009
¿Etica?
"Es mejor callar y que sospechen que eres tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente", dijo Groucho Marx. Efectivamente, tras meses de silencio respecto al desarrollo de las implicaciones de la trama Gürtel en el PP, Mariano Rajoy ha hablado y nos ha convencido definitivamente de su incapacidad de liderazgo, ya sea por falta de actitud o por falta de aptitud que, a los efectos, tanto da. Desde esta incapacidad ha tomado, además, por torpes o tontos a los periodistas que realizaron la entrevista y, por extensión, a toda la ciudadanía. Ante la reiteración de preguntas en las que exhibió variantes de la callada por respuesta o manifiestas incongruencias, expresaba con incomodidad que esas preguntas ya las había respondido con meridiana claridad. Sería en algún mundo paralelo. En concreto, al asegurar que al señor Costa se le cesaba por serle de aplicación mayor nivel de exigencia ética que a un militante del PP lo que provocó inmediatamente la pregunta de porqué no se cesaba al señor Camps, cuyo nivel de exigencia habría de ser aún mayor, Rajoy respondió que el caso contra Camps estaba archivado y "no hay ninguna actuación que le haga merecedor de ser cesado". Es de público conocimiento que en el auto de sobreseimiento (en contra de la opinión de uno de los tres jueces que formaban el tribunal, siendo el presidente su amigo íntimo) de la causa en la que se imputaba al Molt Honorable Camps el delito de cohecho, se puede leer que esa resolución se adoptaba con independencia de otras posibles valoraciones de tipo ético, es decir, de las que debería haber tenido en cuenta el señor Mariano Rajoy -al parecer preocupado por ser siempre justo y benéfico- para adoptar una resolución que depurara las responsabilidades políticas del señor Camps en este asunto. Justamente como las que se le han exigido al señor Costa, que, por cierto, nunca pidió la dimisión como ha afirmado el señor Rajoy.
jueves, 15 de octubre de 2009
Sostenibles
Respecto a la denominación, comienzo por no conocer su significado exacto. ¿Economía sostenible es la que se sostiene o la que nos sostiene?. Y, si fuera esto último ¿a todos o a algunos?. Parece que al gobierno le ha parecido demasiado largo el salto del ladrillo a la economía verde, e intentando vestir la mona y acercarse al ecologismo oportunamente, lo sostenible ha pasado a ser el concepto clave. Como suele ocurrir en éste país, se han utilizado más recursos en anunciar lo que se pretende hacer que en hacerlo. Así, de los países de la OCDE, España figura entre los países que menos ha invertido de forma concreta en economía verde para combatir la crisis. Mientras Alemania ha destinado un 1% de su PIB a planes de estímulo relacionados con el medio ambiente, España sólo ha destinado hasta ahora el 0,13%. En realidad, después del anuncio el pasado mes de Mayo de la Ley de Economía Sostenible que supuestamente ha de instrumentar radicales cambios económicos y sociales, con 20.000 millones de euros como dotación estimada, la Ley sigue en proceso de elaboración. Seguramente tratando de incorporar contenidos que la hagan medianamente creíble, y recabando a toda prisa la opinión de los expertos. Sin ánimo de hacer sangre, y sólo por recapitular respecto a los antecedentes próximos que han tenido una incidencia cierta en la situación económica actual de éste país, cuando la burbuja inmobiliaria estaba en plena expansión, el gobierno formado en 2004, continuó utilizando un pernicioso esquema económico heredado y exprimiendo la gallina de los huevos de oro. El incremento de los préstamos inmobiliarios se multiplicó por ocho en los últimos ocho años y actualmente asciende a casi medio billón de euros -de deuda- que viene a ser la mitad del PIB español. De aquellos polvos -cuando incluso se nos decía que una vez superado el PIB de Italia estábamos a punto de superar el de Francia- vienen estos lodos. En aquellos tiempos de bonanza -aún ficticia- hubiera sido el momento de emprender una rectificación de modelo económico. Ahora, de forma forzada, lo único que está en manos del ejecutivo es promover uno o más Planes E, de los que únicamente se puede pretender que, además de maquillar las desastrosas cifras del paro, tengan algún efecto beneficioso como mejora de los servicios públicos. Y a esperar tiempos mejores. La sociedad no cambia a golpe de leyes o decretos, como parecen creer algunos políticos. Las soluciones pretendidamente radicales pero improvisadas no suelen funcionar. Ni siquiera políticamente y ni siquiera a corto plazo.
Milagros
Han sido varias las voces dentro del PSOE que han advertido de los peligros de políticas promovidas sin el necesario debate interno y fiadas al empuje de la generación de "leyres y bibianas". Felipe González y Gregorio Peces-Barba -por mencionar a dos figuras poco sospechosas de oportunismo- han señalado, la preferencia del actual presidente del Gobierno por inventos, descubrimientos e improvisaciones antes que por políticas producto del debate y la reflexión. La preferencia, en definitiva, de la juventud sobre la experiencia. Y ante la crisis, esta tendencia de Zapatero -que, sorprendentemente, parece fiarse cada vez más de sí mismo- a resolver por vía de genialidad se ha agudizado y el PSOE ha venido a ser un Ministerio de la Política Posible en España. Lo sensato hace un año hubiera sido pararse a reflexionar y aprovechar la coyuntura para realizar un análisis serio, contrastando no solo las cifras macroeconómicas (PIB, IPC, paro), si no para revisar a fondo los supuestos en los que se ha basado nuestro crecimiento en los últimos treinta años. En lugar de ello, se nos ha vendido -hasta hace bien poco- aquello de que una vez superado el PIB de Italia podíamos superar el de Francia. A muchos nos parecía milagroso, a la vista de nuestra real falta de competitividad a nivel general y de la permisividad para con el "pelotazo" como motor del crecimiento. Y, efectivamente, era un milagro. Y los milagros, como todos sabemos, no existen o, al menos, no de ese tamaño. Hace poco me he enterado, que entre el paquete de medidas de recorte con el que intentar contener la sangría presupuestaria del Estado, está la rebaja de un 37% en investigación, siendo así que para la proyectada Ley de Economía Sostenible, el I+D+i se considera un pilar fundamental, como no puede ser de otro modo. Con medidas como ésta, con la falta de un acuerdo de Estado en educación -por ejemplo- y con el bajísimo nivel exhibido por la oposición, no salimos de ésta ni con la intercesión directa de la Divinidad.
Crisis permanente
Júbilo en Wall Street tras superar el Dow Jones los 10.000 puntos; el banco JPMorgan ha obtenido un beneficio neto de 3.588 millones de dólares en el trimestre pasado, un 31,86% más que hace un año. Ahora que los bancos ganan más -nunca han dejado de hacerlo, excepto aquellos pocos a los que que dejaron quebrar, a modo de aviso- se nos dice que la crisis se acaba. En el camino hacia ese supuesto renacer económico -que no social- quedan millones de parados, los cuales no vislumbran siquiera la penumbra al final del túnel, y mucho menos -con tan poca luz- ningún tipo de brote, verde o de cualquier otro color. La desigualdad en el reparto de los bienes y la pobreza han aumentado como producto de la crisis y ahí permanecen. Casi 1,5 millones de niños mueren al año por diarrea (más que por sida, malaria y sarampión juntos), consecuencia, sencillamente, de falta de higiene y de beber agua insalubre. En el siglo XXI no somos capaces ni siquiera de asegurar agua potable para todos. Para algunos la crisis continúa siendo permanente. Para muchos, eso sí, más breve: mueren antes.
Responsabilidades
Esclarecedor, por una vez, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons: ha justificado la destitución de Ricardo Costa de todas sus funciones por la presión de la prensa. "Hay que atender al clamor de los medios de comunicación de que el partido tenía que asumir una responsabilidad. Es normal que el secretario general lo asuma". Nada respecto a normas de autoexigencia ética, ni a la reprobación de usos y conductas, ni disculpas a la militancia del PP ni a la ciudadanía, en general. ¿Si no existieran los medios de comunicación, aquí no habría ocurrido nada anormal que asumir por pura responsabilidad moral?.
Dúos
"Si te vas tú, me voy yo". Eso parece que le dijo a Costa el Molt Honorable Camps. Me recuerda a aquél "dos por el precio de uno" de Felipe González, refiriéndose a su entonces número dos, Alfonso Guerra. Al final, el número uno, en un hábil regate, justificado siempre por la responsabilidad, se queda, mientras el número dos paga los platos rotos -los haya roto él o no- y se vá, para eso es el número dos. En estos casos, el ordinal es decisivo. Ya se sabe: las parejas duran lo que dura el interés. Pero en política se nota más.
Comunicados
I
La clase política se está acostumbrando -y los medios lo han ido aceptando, salvo plantes esporádicos- a comunicarse con la sociedad a golpe de comunicado, de declaraciones cerradas. En relación con el desarrollo del culebrón Gürtel, veo en El País Digital de hoy dos comunicados, uno del PP estatal y otro del PP valenciano, por cierto, contradictorios o no totalmente coincidentes (II). Ayer fué otro comunicado, el de Ricardo Costa. Análisis sí, pero ninguna interpelación o entrevista a ninguno de los implicados transmitiendo esas preguntas que todos tenemos en mente y cuya respuesta pudiera resultar esclarecedora, aunque fuera por omisión. Y es que de la realidad forma parte tanto lo que se dice -sea finalmente verdad o no- como lo que se calla. No es casual que la fórmula empleada en declaraciones formales ante la justicia se refiera a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y en un juicio se responde a preguntas, no se hacen declaraciones. Supongo que será porque la experiencia ha demostrado que es el mejor método de conocer la verdad.
II
A pesar del minimalismo -seguramente reflejando la personalidad de Mariano Rajoy- del comunicado del PP en relación con la supuesta dimisión de Ricardo Costa, en cada una de sus escasa líneas existen contradicciones con lo expresado en el resto de comunicados, el del PPCV y el del propio Ricardo Costa. Se afirma en el comunicado del PP que Ricardo Costa suspende temporalmente -que descubrimiento del PP, éste de los ceses transitorios- sus funciones, tanto en el partido como en las de portavoz del grupo parlamentario popular en Las Corts. En el de Ricardo Costa se lee que ha pedido que Camps trasmita a Mariano Rajoy que "no he aceptado presentar mi dimisión, que sólo podría -de nuevo la habitual confusión entre poder y deber- producirse si hubiera incumplido mis obligaciones". Menos mal que en el comunicado del PPCV, podemos leer que "si se produjera dicha investigación -del PP sobre la actuación de Ricardo Costa- éste se abstendría de sus funciones como secretario general del PPCV, pero no como portavoz del grupo parlamentario". Rajoy, seguramente ocupado en redactar "instrucciones correctas y acordes a los Estatutos, justas y en beneficio del PP", según encabeza Costa su comunicado, no nos comunica nada. Para Cospedal, Secretaria General del PP, Costa ya no está en la actividad política. Pons, responsable de comunicación del PP, nos anunció la hora de las resoluciones, las cuatro de la tarde -una antes que para los toreros- pero parece que no el día. Sugiero que, para resolver de una vez este embrollo, se les convoque a todos a un programa de televisión tomatero -seguro que en este tema hay tomate para una buena tomatina- que, por una vez, cumplirían con la función social que se les supone a los medios. Lo de los comunicados puede resultar muy cómodo para los declarantes pero acaba resultando un lío para el personal.
La clase política se está acostumbrando -y los medios lo han ido aceptando, salvo plantes esporádicos- a comunicarse con la sociedad a golpe de comunicado, de declaraciones cerradas. En relación con el desarrollo del culebrón Gürtel, veo en El País Digital de hoy dos comunicados, uno del PP estatal y otro del PP valenciano, por cierto, contradictorios o no totalmente coincidentes (II). Ayer fué otro comunicado, el de Ricardo Costa. Análisis sí, pero ninguna interpelación o entrevista a ninguno de los implicados transmitiendo esas preguntas que todos tenemos en mente y cuya respuesta pudiera resultar esclarecedora, aunque fuera por omisión. Y es que de la realidad forma parte tanto lo que se dice -sea finalmente verdad o no- como lo que se calla. No es casual que la fórmula empleada en declaraciones formales ante la justicia se refiera a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y en un juicio se responde a preguntas, no se hacen declaraciones. Supongo que será porque la experiencia ha demostrado que es el mejor método de conocer la verdad.
II
A pesar del minimalismo -seguramente reflejando la personalidad de Mariano Rajoy- del comunicado del PP en relación con la supuesta dimisión de Ricardo Costa, en cada una de sus escasa líneas existen contradicciones con lo expresado en el resto de comunicados, el del PPCV y el del propio Ricardo Costa. Se afirma en el comunicado del PP que Ricardo Costa suspende temporalmente -que descubrimiento del PP, éste de los ceses transitorios- sus funciones, tanto en el partido como en las de portavoz del grupo parlamentario popular en Las Corts. En el de Ricardo Costa se lee que ha pedido que Camps trasmita a Mariano Rajoy que "no he aceptado presentar mi dimisión, que sólo podría -de nuevo la habitual confusión entre poder y deber- producirse si hubiera incumplido mis obligaciones". Menos mal que en el comunicado del PPCV, podemos leer que "si se produjera dicha investigación -del PP sobre la actuación de Ricardo Costa- éste se abstendría de sus funciones como secretario general del PPCV, pero no como portavoz del grupo parlamentario". Rajoy, seguramente ocupado en redactar "instrucciones correctas y acordes a los Estatutos, justas y en beneficio del PP", según encabeza Costa su comunicado, no nos comunica nada. Para Cospedal, Secretaria General del PP, Costa ya no está en la actividad política. Pons, responsable de comunicación del PP, nos anunció la hora de las resoluciones, las cuatro de la tarde -una antes que para los toreros- pero parece que no el día. Sugiero que, para resolver de una vez este embrollo, se les convoque a todos a un programa de televisión tomatero -seguro que en este tema hay tomate para una buena tomatina- que, por una vez, cumplirían con la función social que se les supone a los medios. Lo de los comunicados puede resultar muy cómodo para los declarantes pero acaba resultando un lío para el personal.
Gürteliño
Con el gürteliño -denominación del PP gallego para el caso Gürtel- comiendo por los tobillos a Mariano Rajoy mientras lee el Marca, Camps manteniéndose a flote sólo mientras le dure el aire de la última -y costosa- bocanada de aire político y Esperanza Aguirre en un aparente frenesí de limpieza política que delata su temor a que finalmente la correa tenga también bucles en Madrid, Alberto Núñez Feijoo comienza a verse a sí mismo como la gran esperanza blanca de la derecha española para liderar el PP. De momento, en Galicia, ya ha encontrado una cabeza de turco ideal para desvincularse de la trama corrupta: el fallecido Xosé Cuiña, a quien Pablo Crespo, ex-secretario de organización del PP en Galicia y actualmente detenido como uno de los principales implicados en la trama Gürtel, consideraba su mentor y que, además, dentro del PP gallego era de la facción de los de la boina en oposición a los del birrete donde siempre se ubicó Rajoy y el propio Núñez Feijoo. Y para desmarcarse aún más de aquél antiguo PP gallego, ha llegado a decir que en 1999 él no formaba parte del PP. Parece que incluso ha confesado que, una vez, votó al PSOE. Pero el despiste fué breve: ya en 1991 fué nombrado Secretario General Técnico de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Montes y también en ese año Secretario General de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Xunta gobernada por el PP, y de 1992 a 1996 fué Vicepresidente y Secretario General del Servicio Gallego de Salud. Romay Beccaría, lo llevó consigo a Madrid cuando fué nombrado Ministro de Sanidad en el primer gobierno de Aznar, en 1996, y ocupó el puesto de Secretario General de Asistencia Sanitaria y presidente del INSALUD. Posteriormente, entre mayo de 2000 y enero de 2003, continuaba gobernando el PP, ejerció la dirección de la entidad pública estatal Correos y Telégrafos. Entre 2003 y 2005 fué Consejero de Política Territorial y en 2004-2005 Vicepresidente de la Xunta que continuaba gobernada por el PP. En 2006 fué nombrado presidente del PP en Galicia. Supongo que para entonces ya sí sería del PP.
viernes, 9 de octubre de 2009
Berlusconizando
Según una encuesta la mayoría de los valencianos cree que el Molt Honorable Camps mintió respecto a los trajes. En esa misma encuesta, sin embargo, el PP no sólo mantiene el apoyo electoral, sino que aumentaría su presencia en siete escaños en una hipotética convocatoria de elecciones. Las conclusiones de esta encuesta, aunque difíciles de tragar, son evidentes. Todos -en mayor o menor medida- asumimos que políticamente vivimos en una democracia imperfecta, pero los sistemas toleran la imperfección hasta un límite, traspasado el cual, dejan de funcionar, colapsan, crujen. Tolerando estos niveles de calidad democrática no se consigue otra cosa que propiciar la ausencia de la ciudadanía de los asuntos públicos. Si lo que se pretende es una berlusconización de la sociedad, este es el camino. Luego no nos quejemos.
jueves, 8 de octubre de 2009
Consecuencias de la corrupción
Hace unos meses Mariano Rajoy expresaba -incluso antes de que se lo preguntaran- su convencimiento de que la trama Correa no implicaba la corrupción generalizada e institucionalizada en el PP, si no que se trataba de casos puntuales y aislados. Esa teoría, a falta de confirmación judicial, parece que a día de hoy es insostenible a la vista de las pruebas y testimonios contenidos en la parte del sumario relativo a este caso y que se ha hecho público. Es comprensible su pánico ante el abismo que -como en los sueños- se va abriendo a su alrededor, pero creo que en estas circunstancias, lo peor para su partido es que persista en su habitual inacción, que, teniendo en cuenta otras informaciones, más parece impotencia. Si no quiere o no puede -a los efectos, tanto da- lo mejor es que deje en otras manos la responsabilidad de quien quiera y pueda proceder a una insoslayable limpieza y reorganización en el PP. Tampoco la estrategia de justificarlo todo con el respaldo de quienes les votan puede durar por mucho tiempo. Conozco testimonios de antiguos militantes del PP bastante desencantados con la situación actual y deseando una verdadera renovación. Sin ser simpatizante del PP, creo que si la oposición es mala, el gobierno automáticamente baja el listón acomodándose a esa falta de exigencia, y digan lo que digan las encuestas sobre quien ganaría las elecciones en éstos momentos, deberíamos prestar antes atención al aumento del porcentaje previsto de abstención: el respaldo popular a esta imperfecta democracia podría caer bajo mínimos Lo que menos interesa a éste país en estos difíciles momentos.
Mejor el silencio
El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha asegurado hoy que el PP no está agujereado como un queso, ya que está completamente a salvo de la corrupción, y aunque no atraviesa un momento dulce, confía plena y absolutamente en el presidente de la Generalitat Francisco Camps. La literalidad del texto anterior la he contrastado en varios medios de comunicación y es idéntica en todos ellos. Lo digo porque me gustaría saber quien se ha tomado la molestia -no sé si el propio González Pons- de construir semejante galimatías. No basta poner en medio de dos afirmaciones una conjunción causal para que lo que se diga tenga sentido. No entiendo la comparación del PP con un queso y que su supuesta falta de agujeros indique que el partido esté completamente a salvo de la corrupción . O que en el PP, aún no atravesando un momento dulce -será porque se estaba hablando de quesos- se confíe plenamente en el presidente Camps. Si eso es todo lo que se le ocurre al responsable de comunicación del PP, podrían ir pensando en el partido en sustituirlo. Y mientras, mantenerlo en silencio; sería mejor para todos. Ya lo dijo Marx (Groucho): es mejor callar y que te tomen por tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
El aroma de los chorizos
Se forraban, sí, pero todo tiene sus servidumbres. No sólo la posibilidad de acabar un tiempo en ese selecto hotel en el que una vez que entras no hacen más que ponerte dificultades para salir -que también- si no, por ejemplo, el sinvivir de no saber los colores de chapa y tapicería que le gustaban a Ricardo Costa para su coche de pijo total -Infinity FX50, motor V8 de 5 litros, 390 CV, 80.000 €- entre otras muchas incertidumbres de intermediario conseguidor. Total, para que lo estrellara a los dos meses -pasando la "prueba del algodón", en palabras del estrellador- y volver a empezar con el concesionario. Y es que nos ciega el lado envidiable de los chorizos, su aroma a billetes nuevos y de colores insospechados.
lunes, 5 de octubre de 2009
Avispas y abejorros (y zánganos)
Era de suponer que los trajes no fueran sino la punta de un profundo y voluminoso iceberg. Parece que la red de Francisco Correa y Álvaro Pérez 'el Bigotes' financió al PP de Valencia durante años mediante un variado repertorio de triquiñuelas contables, incluyendo las preceptivas duplicidades: A(Alicante) y B(Barcelona), abundante uso de dinero negro y de facturas falsas fabricadas en el propio PP valenciano. Así se recoge en un informe policial que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia no ha tenido a bien investigar. Las leyes son como las telerañas, cogen a las pobres moscas y dejan pasar avispas y abejorros dijo Jonathan Swift. Por mucho que la clase política viva del negocio de vendernos ideas envueltas en grandes palabras -Democracia, Estado de Derecho, Justicia igualitaria, etc.-, ha cambiado poco el mundo de Swift acá.
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