lunes, 27 de septiembre de 2021

Estableciendo la agenda

La pandemia Covid-19, Afganistán, el precio de la luz, la erupción del volcan de La Palma... esa es, resumida -o no tanto- la agenda setting para el mes de Septiembre en España (para quien ignore qué es la agenda setting ó teoría del establecimiento de la agenda): esa ha sido la realidad que los grandes medios de comunicación nos han transmitido para mantenernos convenientemente desinformados de otros temas tanto o más importantes para el ciudadano medio; la técnica es conocida y masivamente -también- utilizada por los medios (cumpliendo así con los intereses que los dirigen).

Si analizamos someramente la evolución de los sistemas de propaganda basados en los medios de comunicación masivos -casi universales-  desarrollados a partir del siglo XX, desde los Once principios de la propaganda atribuídos a Goebbels hasta los Diez estrategias de la manipulación mediática atribuídas a Noam Chomsky (aunque su verdadero autor es Sylvain Timsit), vemos que la clave de todas esas estrategias, consistentes generalmente en sobresaturar ciertas verdades para ocultar la verdad esencial, se basan en la ignorancia de los receptores de los mensajes transmitidos por los medios: una ignorancia premeditadamente fomentada -abonando un extenso campo- por los poderosos intereses minoritarios de quienes controlan lo que sucede en el mundo.

Pero para saber cual esa verdad esencial que se nos oculta, cualquiera puede recurrir a preguntarse cosas que nos atañen directamente como ciudadanos de este país, tan sencillas como evidentes: ¿es sostenible un sistema socio-económico que mantiene a lo largo del tiempo un paro juvenil cercano al 50% y simultáneamente defiende que ha de retrasarse la edad de jubilación hasta los 7o ó 75 años?, ¿es viable un sistema democrático cuyo Jefe del Estado es una herencia de la época medieval y cuyo primer representante de un cargo hereditario -el de rey- fué instaurado por un dictador que, previamente, había derrocado una democracia legalmente constituída por la fuerza de las armas?, ¿es admisible que la Iglesia católica esté exenta del pago del IBI y tenga la potestad de inmatricular edificios, fincas y parcelas a su nombre, muchos de ellos de titularidad pública?, ¿para cuando sería esperable que las entidades bancarias devolvieran los 60.000 millones de fondos públicos que recibieron como préstamo?, ¿es compatible que tanto el precio de adquisición de vivienda como el alquiler estén por las nubes- y continúen subiendo- con que existan mas de 2.000.000 de viviendas vacías, sin que exista alternativa habitacional para los desahuciados?, por ejemplo... y así tantas otras, para deducir de inmediato todo aquello que los medios de comunicación nos ocultan. Y posibilitar, al menos, el establecimiento de una agenda personal con todo ese listado de asuntos postergados, es decir, con todo aquello de lo cual no tenemos información de los medios. Que suele coincidir con los intereses reales de lo que supongo que es la mayoría de los españoles.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Verdaderamente eterno

...repasando y buscando entre las entradas de este blog es como he comprobado que, inadvertidamente, he utilizado como título de la entrada -o mencionado- Eterno retorno varias veces y para temas diversos (1, 2, 3, 4, 5...); buscando simplemente por la palabra eterno son bastantes más las entradas resultantes (hasta tratándose de fútbol, política o monarquía; hago a todo): pudiera ser ansia de trascendencia, pudiera ser.

Y es que (sin pretender hacerme autopropaganda), me ha parecido curiosa esa reiteración y me ha llevado a reflexionar sobre los conceptos asociados al Samsara (o rueda de la vida) en el budismo, hinduísmo y jainismo. Y sobre la diferencia entre dharma y karma y su resolución en el moksha, liberación de las ataduras del karma y del ciclo de reencarnaciones.  Quizá un poco -o bastante-  moksha nos viniera bien en términos históricos...

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...que, más tarde, he visto que lo mismo (reiteración del título -o del leitmotiv- de la entrada) ocurre en más ocasiones, por ejemplo, con El diablo está en los detalles (1, 2).