martes, 29 de junio de 2021

Tertulianeando

En esa epidemiología de conveniencia para tertulianos de derecha -siempre defendiendo lo opuesto a lo que el gobierno decida- Antonio Burgos defiende el mantenimiento de las mascarillas, especialmente para las feas -no dice nada de los feos, entre los que podría objetivamente incluírsele-, ya que le permiten centrarse en los ojos de las mujeres que, para él, resultan todos irresistibles, pero siempre con mascarilla, ocultando la nariz y la boca: debe resultarle  muy amenazante que las mujeres respiren y hablen, además de la posibilidad de lucir una hermosa sonrisa.

Y según la lógica por la cual las feas -de media cara para abajo- deberían siempre ocultar parcialmente su rostro -Burgos amnistía los ojos porque lo del burka le ha debido parecer excesivo- seguramente todos los tontos deberían ocultar sus pensamientos u opiniones -y, desde luego, abstenerse de publicarlos o difundirlos- y permanecer en silencio. Ya lo dijo Borges: No hables a menos que puedas mejorar el silencio, que podríamos complementar con ésta otra reflexión de Groucho Marx: Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente, frase que otros atribuyen a Abraham Lincoln, nada menos. Está complicado ésto de las citas; seguramente en cada una alguien pensó con anterioridad lo mismo que el citado, pero no dejó constancia por escrito. Que es lo que mejor podría haberle ocurrido a Burgos en este caso: que hubiera decidido reservar sus rancias reflexiones para comentarlas consigo mismo en la intimidad, como Aznar sus prácticas con el catalán. Sobre todo para evitar a los demás ese sentimiento tan desagradable e inmerecido -a veces- que resulta ser la vergüenza ajena (o alipori).

No hay comentarios :

Publicar un comentario