jueves, 2 de mayo de 2019

Orando

La denominada oración de la serenidad dice así: Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia; evidentemente esta oración se dirige a quien supuestamente tiene el suficiente poderío -acaso infinito- para tales concesiones y lograr que seamos simultáneamente serenos, valientes y sabios; la autoría de esta oración es incierta y, por lo que he podido indagar es atribuída a un numeroso grupo de escritores, pensadores y filósofos que va de Marco Aurelio -que la dirigiría a Júpiter, supongo- a Reinhold Niebuhr.  Tras las elecciones generales del pasado 28 de Abril, en el PSOE -que, como ganador de ellas, tiene la principal responsabilidad en la formación de un gobierno- han comenzado a aplicarse la plegaria, comenzando -metódicamente- por el principio, y suponiendo, al parecer, que siendo la serenidad algo que requiere del tiempo necesario -generalmente más largo que el usual en el acontecer político- es difícil que los votantes recuerden después de ese periodo de reflexión (*)  serena por parte del PSOE que, además de la serenidad, también son necesarias el valor y la sabiduría para abordar la ejecución de sus promesas electorales; en resumen, que en el PSOE se han quedado sólo con la frase inicial de la oración de la serenidad, la referida a la aceptación de todo aquello  que no podrán, previsiblemente, cambiar. Y que, previsiblemente también, achacarán a no haber obtenido una mayoría absoluta o, al menos, más holgada, como en los buenos tiempos del bipartidismo.
Las reversiones  de la ley mordaza, de la reforma laboral, la revisión del Concordato con la iglesia católica y la reafirmación de la laicidad del Estado, de hecho ya ni figuran en el programa con el que le PSOE ha concurrido a las elecciones y por ello ya fueron desposeídas, incluso, de la categoría de promesa electoral; es sobre las que sí figuran en ese programa -fundamentalmente las de índole social en pensiones, educación, sanidad, dependencia, etc.- sobre las que muy pronto veremos la capacidad de aceptación que el PSOE tiene en su posible incumplimiento.
Haz que pase; bien, pero pon algo de tu parte, PSOE, porque mucho te quiero perrito, pero pan poquito; que la ciudadanía ya lleva bastante tiempo aceptando imposiciones y desafueros más alla de lo que debería; lo del valor y la sabiduría ni siquiera entra en sus ruegos,  tambien lleva ya bastante tiempo manifestándose y protestando para pedir lo que es de justicia y sabe bien de lo que habla cuando pide la reintegración de derechos que le han sido arrebatados con alevosía e incluso con nocturnidad y siempre con abuso de poder.
En todo caso, Pedro Sánchez ya ha tranquilizado a las empresas del Ibex 35 sobre lo fundamental: no habrá ministros de Podemos en su gobierno (lo que propiciará, de paso, que nadie estorbe lo de aceptar lo que no se puede cambiar). Y aún no han llegado y pasado las elecciones municipales y autonómicas.

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(*) Reflexión es una palabra utilizada habitualmente como eufemismo por los partidos políticos y que puede traducirse como posposición sine die de algo sobre lo que no es conveniente -para ellos- pronunciarse inequívocamente y con claridad.

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