Siempre creí que la confusión de Mariano Rajoy entre tiempo y clima al oír las explicaciones al respecto de su primo catedrático de Física era debida a sus propias carencias interpretativas, pero ahora sospecho que también las explicaciones del primo pudieran haber sido algo confusas. Me lleva a pensar ésto las opiniones de Jorge Mira -también catedrático y también físico- sobre el cambio horario, cambio al que el 84% de los más de cuatro millones de votantes europeos se ha mostrado contrario.
Es sabido por muchos -incluso sin ser catedráticos de Física- que la inclinación del eje de la Tierra respecto al plano de la eclíptica, plano definido por ésta en su rotación anual alrededor del Sol, tiene como consecuencia una variación en la duración del día y la noche a lo largo del año, variación que es más acusada conforme la latitud de cualquier lugar de la Tierra es más elevada, de tal manera que más allá de los círculos polares, (66º 33' 43" de latitud) la noche y el día tienen una duración considerablemente distinta a lo largo del año; durante las fechas próximas al solsticio de verano (21 de Junio, en el hemisferio Norte) hay 24 horas continuadas de luz (Sol de medianoche), todo lo contrario que en el solsticio de invierno (21 de Diciembre), cuando el Sol no llega a ser visible nunca sobre el horizonte.
Pues bien, Mira está en contra de la supresión del cambio horario dos veces al año porque es estacional e
intenta mitigar la variación anual del ciclo solar ya que nuestro planeta no es plano ni es una bola que esté con su eje de
rotación perfectamente alineado con el eje de la órbita. Si fuera así
sí, pero como no lo es hay que adaptarse. La diferencia entre el día y
la noche durante el año es muchísima. Lo que busca el cambio de hora es
poner un poco de racionalidad a todo eso.
Que el planeta no es plano creo que ya alguien lo sospechaba, pero los más espabilados de entre ellos incluso saben lo de la inclinación del eje de la Tierra respecto al plano de la eclíptica (que ya he mencionado); lo que ya no entiendo, teniendo ésto en cuenta, es su propuesta de adaptación, consistente en mantener el cambio horario estacional: ¿que adaptación les propondría a los países nórdicos cuya variación entre el día y la noche es mucho mayor que en nuestro país?, ¿no cree que lo racional es aceptar la inevitabilidad de las leyes de la Naturaleza?
Para el señor Mira, la razón fundamental del mantenimiento del cambio horario es permitir que los ciudadanos puedan gozar de luz solar
en sus momentos de ocio. Continúo sin entender; si fuera fundamental tener sol y ocio de forma simultánea -seguramente hay quien eso no lo verá tan fundamental- ¿no podrían establecerse dos -o más- horarios de trabajo distintos a lo largo del año sin necesidad de variar la hora oficial?
En todo caso, la evolución (o ebullición) de su argumentario -estimando siempre que el cambio estacional de hora es lo más lógico, racional y científico- le lleva a una sorprendente conclusión: Eliminar el cambio de hora sería asumir que vivimos en una Tierra plana (todavía me estoy reponiendo de asunción tan catastrófica). Y no sólo eso, a continuación califica de homeópatas del huso a todos aquellos que no estén de acuerdo con su versión de lo que es lógico, racional y científico, asimilándolos a gente
que al igual que los homeópatas que dicen que bebiendo agua te curas. Y aderezado todo ello con inquietantes -la incongruencia siempre me desasosiega- premoniciones y aseveraciones tales como si tú cambias el huso horario la gente tendrá que ir poco a poco y con
sufrimiento readaptando su modo de vida y dentro de 10 años su posición
con respecto al sol seguiría siendo la misma que tienen ahora. Hay una
cantidad de falacias espectaculares con respecto al tema, mezcladas por
ejemplo con que nuestro huso es 'hitleriano'. Sí creo en lo espectacular de las falacias -él mismo es la prueba andante- pero respecto a lo último, cabría informarle de que no es ninguna falacia el hecho de que el régimen franquista decidiera adoptar el huso horario de la Europa central (el de la Alemania nazi) en 1940; no obstante, en la Orden del BOE que así lo establece indica, en su Articulo 5º, que se señalará la fecha en la que ha de restablecerse la hora normal, admitiendo explícitamente la anormalidad de la hora impuesta. Del sufrimiento que produjo aquella readaptación del año 1940 no queda noticia; seguramente los españoles de entonces tenían mejores causas donde elegir para poder sufrir apropiadamente. El Sol sigue, eso es cierto, más o menos en el mismo lugar respecto a la Tierra casi ochenta años después, por lo que es perfectamente posible volver al huso horario UTC-0 (centrado en el meridiano de Greenwich); no por dejar de estar en un huso hitleriano (o merkeliano), sino porque es el que corresponde a la longitud de la mayor parte del territorio peninsular e Islas Baleares de nuestro país, tal y como ocurre con Reino Unido, Irlanda, Portugal o Marruecos; y Canarias al huso horario UTC-1, por la misma razón (contra lo que creía el ministro Soria que, pese a ser canario, estaba convencidísimo de que el meridano de Greenwich pasaba por Canarias). Lo que evitaría -entre otras cosas- que Galicia continuara llevando un adelanto de dos horas y media en verano respecto al horario solar. Además, ¿como es que ocasionaría sufrimiento para una década un retorno a nuestro huso horario natural (el que menor diferencia presenta respecto a la hora solar) y es tan beneficioso resulta ser un par de ellos al año (entre una y dos horas de adelanto respecto al horario solar) con las mismas consecuencias prácticas? Misterio. Científico, supongo.
El señor Mira, finalmente, desaprueba la desinformación espectacular que hay respecto a este tema. Sinceramente, no creo que sus espectaculares manifestaciones y opiniones sobre ello -mezclando dos temas distintos, el cambio estacional de la hora y el huso horario oficial, en uno sólo, con una mareante velocidad y desparpajo- hayan contribuído a acabar con la desinformación, simplemente han hecho que ésta sea más variada.
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