Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, afirma que lobbies con intereses bastardos han querido destruir a Ciudadanos, más concretamente, ha afirmado que si la Ejecutiva de Ciudadanos no hubiese expulsado sistemáticamente y
sin dudarlo a grupos organizados de personas, procedentes de otras
formaciones o de lobbies, que se afilian para ir contra los intereses del partido, éstos podrían haber destruido a la formación naranja.
La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de
los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros, según afirma un aforismo anónimo sobre la política y que bien podríamos complementar con otra frase de Miguel Delibes: para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad.
Quiero decir que además de obtener el dinero de los ricos y el voto de
los pobres, los políticos -la casta política- aspira también a vivir
-con desahogo, además de fácilmente- de ello.
Tiene
su aquél que el señor Girauta, con su amplia experiencia en otros
partidos políticos -de muy joven se afilió a la Joven Guardia Roja, más
tarde fué militante del PSC, pero se presentó después por tres veces
como candidato en las listas del PP- y al que seguramente ficharon en Ciudadanos por esa amplia experiencia externa, sea el más ardiente defensor de la identidad naranja; que sea cual sea, él parece conocer en profundidad: es sabido que en éste país los más ardientes antijudíos y defensores de la Fe fueron cristianos nuevos y conversos. Y resulta chistoso que achaque a lobbies con intereses bastardos la intención de acabar con Ciudadanos, cuando es vox pópuli que Ciudadanos es probablemente la invención de poderosos grupos económicos de presión -que en Ciudadanos lo nieguen siempre entra en la lógica de mantener engañados a parte de los pobres a los que se refiere el aforismo antes mencionado, aquellos que lo son en toda la extensión de la palabra- y áun más chistoso que pretenda establecer una frontera entre lobbies buenos (o legítimos, por su apoyo a Ciudadanos, supongo) y lobbies malos (o bastardos, por su intento de destruir a Ciudadanos); consultado el actual Registro de grupos de Interés no he encontrado que los lobbies se clasifiquen así, ni que se recojan esas categorías entre sus datos, ya que todos tienen padre conocido, el que figura en el Registro con nombres y apellidos como persona responsable. Y realmente no he encontrado, por ejemplo, que el Ibex35 se haya dado de alta en el Registro como tal entidad supraempresarial, ni sé si eso sería posible; ¿se referirá el señor Girauta al mencionar lo de intereses bastardos a algún lobby de esos de los que no han salido de las sombras y que, por tanto, ni están registrados ni es fácil que lo estén algún día?
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