Estoy
de acuerdo con el reciente cambio de política de la DGT consistente en
trasladar los radares móviles a las carreteras secundarias; aunque la
velocidad no es la única causa de accidentalidad -especialmente en éstas
vías- es evidente que es en las carreteras secundarias donde se produce
el mayor porcentaje de víctimas por accidentes de tráfico. Ahora bien,
si ésto ha sido siempre así, ¿que ha hecho que la DGT, que siempre ha
negado fines recaudatorios en las sanciones de tráfico, finalmente sea
consciente de la realidad?, ¿no será la proximidad de elecciones?.
En
los tiempos de la Restauración eran señoritos, terratenientes,
potentados y políticos de intereses inconfesables los los que compraban
los votos por un duro; parece que la vieja política ha cambiado poco, aunque ahora parece que son sólo los últimos los encargados de llevarla a cabo.
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