sábado, 21 de febrero de 2015

Por un duro

Estoy de acuerdo con el reciente cambio de política de la DGT consistente en trasladar los radares móviles a las carreteras secundarias; aunque la velocidad no es la única causa de accidentalidad -especialmente en éstas vías- es evidente que es en las carreteras secundarias donde se produce el mayor porcentaje de víctimas por accidentes de tráfico. Ahora bien, si ésto ha sido siempre así, ¿que ha hecho que la DGT, que siempre ha negado fines recaudatorios en las sanciones de tráfico, finalmente sea consciente de la realidad?, ¿no será la proximidad de elecciones?.
En los tiempos de la Restauración eran señoritos, terratenientes, potentados y políticos de intereses inconfesables los los que compraban los votos por un duro; parece que la vieja política ha cambiado poco, aunque ahora parece que son sólo los últimos los encargados de llevarla a cabo.

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