miércoles, 11 de febrero de 2015

Impuestos

El señor ministro de Hacienda ha tenido a bien informarnos -indirectamente, ya que se dirigía principalmente a Monedero, uno de los dirigentes de Podemos- de que en este país no le va a pasar nada a nadie que esté cumpliendo con la ley y cumpliendo con el pago de sus impuestos;  menos mal, me digo, sólo faltaría. Pero, de inmediato, mi mente se ocupa de  los que no cumplen con el pago de sus impuestos; ¿que ocurre con ellos?, pues, en general, que finalmente se acogen a alguna amnistía fiscal -conocida actualmente con algún sobrenombre inverosímil; la capacidad eufemística de los políticos es inagotable- y acaban pagando bastante menos, en términos absolutos y relativos que el resto, los que cumplimos -convencidos o no- con el pago de nuestros impuestos. Y, en particular, si se es poseedor de una gran fortuna o una gran empresa, el asunto acaba resultando lo más parecido al gratis total, como siempre había sospechado. Y no es infrecuente que sean éstos últimos aquellos de quienes hemos tenido que soportar letanías referentes a la solidaridad, la responsablilidad y el patriotismo: no hay más que dar un vistazo a la lista Falciani para comprobarlo.

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